Page 56 - Escritos sobre ocultismo y masonería
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decidido procesiones de cosas hacia sueños por las calles angostas de las
aldeas antiguas de las sensaciones…
… rumor a mármol en lejanos palacios, reminiscencias poniendo las
manos sobre las nuestras, miradas casuales de indecisiones, ocasos en cielos
fatídicos, anocheciendo en estrellas sobre silencios de imperios que
decaen…
Reducir la sensación a una ciencia, hacer del análisis psicológico un
método preciso como un instrumento de micrós-copo [sic]; pretensión que
ocupa, sed calma, el nexo de voluntad de mi vida…
Es entre la sensación y la conciencia de ella que pasan todas las grandes
tragedias de mi vida. En esa región indeterminada, sombría, de bosques y
sonidos de agua toda, neutral hasta al ruido de nuestras guerras, transcurre
aquel mi ser cuya visión en vano busco…
Yazgo mi vida. (Mis sensaciones son un epitafio, por demás extenso,
sobre mi vida muerta.) Me acontezco la muerte y ocaso. Lo máximo que
puedo esculpir es sepulcro mío la belleza interior.
Los portones de mi alejamiento abarcan parques de infinito, pero nadie
pasa por ellos, ni en mi sueño; pero abiertos siempre para lo inútil y de
hierro eternamente para lo falso…
Deshojo apoteosis en los jardines de las pompas interiores y entre
brujos de sueño aplasto, con una sonoridad dura, las alamedas que conducen
a Confuso.
Acampé Imperios en el Confuso, a la orilla de silencios, en la guerra
ocre en la cual acabará lo Exacto.
El hombre de ciencia reconoce que la única realidad para sí es él
mismo, y el único mundo real el mundo como su sensación lo da. Por eso, en
lugar de seguir el falso camino de intentar ajustar sus sensaciones a las de los
otros, haciendo ciencia objetiva, intenta, antes, conocer perfectamente su
mundo y su personalidad. Nada más objetivo que sus sueños. Nada más suyo
que su conciencia de sí. Sobre esas dos realidades perfecciona él su ciencia.
Es muy diferente ya de la ciencia de los antiguos científicos que, lejos de
buscar las leyes de su propia personalidad y la organización de sus sueños,
buscaban las leyes de lo «exterior» y la organización de aquello a lo cual
llamaban «Naturaleza».