Page 29 - Comentarios_reales_1_Inca_Garcilaso_de_la_Vega
P. 29
Es importante resaltar la influencia de este punto de vista personal.
Sin menoscabo de su información y de la veracidad objetiva de su historia,
hay inevitablemente un factor subjetivo, determinado por su reacción es-
piritual, por la gravitación de los sucesos que personalmente le conciernen
y las circunstancias de tiempo, de ambiente, de creencias y de sensibilidad
que le rodeaban. Por eso afirma su carácter de indio, y particularmente de
indio inca; reclama los derechos y la valoración que al Imperio incaico co-
rresponden; pero al mismo tiempo justifica y aprecia la Conquista, y aun-
que no trepida en condenar la codicia ávida, la crueldad sin motivo, la
incomprensión cotidiana y funesta, no vacila tampoco en proclamar las razones
históricas de los conquistadores.
Se le recortaría mezquinamente, sin embargo, si se pensara que elogiaba
a los Incas porque su madre era Palla imperial y que defendía a los con-
quistadores porque su padre había sido uno de ellos. La concepción de
Garcilaso era más profunda y es secundario que se piense que estuvo o no
estuvo equivocada. El Inca Garcilaso no presenta en el cuadro americano
la contraposición habitual entre la bondad del religioso y la rudeza del en-
comendero, o entre las virtudes de las Cédulas Reales y los vicios o engaños
en su ejecución. Para él, por lo contrario, los encomenderos constituían, o
debían haber constituido, el núcleo regulador y constructivo que, a despe-
cho de los recelos y la incomprensión de la Corona, podía haber servido para
la integración del Nuevo Mundo. A diferencia de los soldados con mucha
frecuencia revoltosos, de los mercaderes casi siempre egoístas y de los fun-
cionarios de frialdad burocrática, los encomenderos o "vecinos" representaban
para él el afianzamiento en la tierra, la vinculación biológica y sentimental
con los indigenas, la comprensión de la naturaleza y de lo que debía traerse
de fuera o lo que podía aprovecharse de dentro; y en suma, en lugar de
combatirlos, debió habérseles impulsado a que hundieran raíces en América
y 110 se consideraran simples ocupantes transitorios.
Por eso, con significativo afán de integración, en vez de enfrentar a
indios y españoles, quiere vincular a unos y a otros y dirige su Prólogo "a
los indios, mestizos y criollos" del Perú, "el Inca Garcilaso de la Vega, su
hermano, compatriota y paisano: salud y felicidad".
Compatriotas peruanos y humanistas de Córdoba
La afortunada culminación de su obra histórica ("la Divina Majestad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo ---escribe en el último capítulo--... sea
loada por todos los siglos de los siglos, que tanta merced me ha hecho en
querer que llegase a este punto") acrecentó los lazos que anudaron al Inca
Garcilaso no sólo con sus compatriotas del Perú sino con el docto coro de
los humanistas andaluces.
=vr