Page 410 - Droysen, Johann Gustav - Alejandro Magno
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TAREAS DE PAZ DE ALEJANDRO 407
Pero más grave aún que las consecuencias externas de estos sucesos era la
derrota moral de aquellos principios de que Atenas se consideraba y era conside
rada como representante y prototipo. Aquel Cleón que el demos de su tiempo
tenía por el más ferviente demócrata había dicho un día al mismo demos: “La
democracia es incapaz de ejercer una dominación sobre otros”. Si ahora Atenas
tenía que someterse a la autoridad monárquica encarnada por la monarquía
helenística de Alejandro, habría desaparecido el último asidero que aún tenían
la política de los pequeños estados y la infatuación del particularismo; y la nueva
estructuración del poder efectivo, ya iniciada, iba extendiéndose también sobre
el mundo helénico, de un modo tranquilo y poderoso, y aunque es cierto que
exigía de él un sacrificio, era el mismo sacrificio que Alejandro se imponía a sí
mismo e imponía a sus macedonios y con el que justificaba y expiaba la obra
realizada por él.
LAS TAREAS DE PAZ DE ALEJAN D RO
Un famoso investigador ha llamado a Alejandro el estadista más genial de
su época. Era como estadista lo que Aristóteles como pensador. El pensador,
acogido al silencio y al retraimiento de su espíritu, podía dar a su sistema filosó
fico toda la armonía y toda la perfección que sólo caben en el mundo de los
pensamientos. Si al principio la obra de Alejandro como estadista aparece sim
plemente como un esbozo no exento de fallas y de errores y su manera de crear
se nos revela como el fruto de la pasión personal, de la arbitrariedad o incluso del
azar, no debe olvidarse que se trata de los primeros pensamientos nacidos de la
fricción de condiciones gigantescas, que se truecan inmediatamente y como al
vuelo en normas, organizaciones y condiciones para seguir actuando, ni menos
aún debe perderse de vista cómo cada uno de estos pensamientos fulminantes
descubre e ilumina horizontes visuales nuevos y cada vez más amplios, crea fric
ciones cada vez más ardientes, plantea problemas más y más apremiantes.
* La pobreza de las tradiciones que han llegado a nosotros no nos permite
echar siquiera un vistazo al taller en que se desarrolló esta grandiosa actividad, a
la tensa labor intelectual y moral que supo plantear y resolver problemas tan
inmensos. Los datos que tenemos a nuestra disposición apenas si nos permiten
reconstruir fragmentariamente el relieve más externo de lo realizado por aquella
labor, lo conseguido y ejecutado por ella. Pero el marco espacial de esta obra
nos da ya la medida de la energía capaz de crear semejantes realizaciones, de
la voluntad que supo animarlas y dirigirlas, de la idea que las inspiró; nos da, en una
palabra, la medida de la grandeza de Alejandro.
Aunque el primer impulso de su carrera fuese, simplemente, el de llevar
adelante la gran lucha preparada por su padre para afianzar la seguridad y la per
durabilidad del reino conquistado por él, supo captar o descubrir, con el venturoso
radicalismo de la juventud, medios encaminados a lograr dicho fin que sobrepu
jaban en intrepidez a suS campañas guerreras y en pujanza y brío de victoria a
sus batallas.