Page 416 - Droysen, Johann Gustav - Alejandro Magno
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POLITICA INTERIOR DE ALEJANDRO 413
a sus agentes en la Jonia que comprasen todas las telas de púrpura que pudieran
conseguir, caso del que fácilmente puede inferirse la existencia de otros parecidos.
En estas condiciones es de suponer que los sátrapas, los estrategas provinciales
y otros altos dignatarios no seguirían percibiendo tampoco las prestaciones en
especie del tiempo de los persas y que sus ingresos normales serían lo suficiente
mente altos para permitirles vivir con el esplendor adecuado a su rango; y, dígase
lo que se quiera acerca de su vida de derroche, no cabe duda de que a la sombra
de ellos vivirían y medrarían muchas gentes. Y Alejandro cuidábase también, por
medio de generosos regalos, como por ejemplo el del talento que distribuyó a
cada uno de los veteranos repatriados desde Opis, de que sus tropas, sobre todo
las licenciadas del ejército, pudieran vivir sin apreturas. Y ya hemos visto cómo su
inagotable generosidad proveía también al pago de las deudas, cuando los sol
dados, como muchas veces ocurría, gastaban más de lo que ganaban. Y es sabido
también que su bolsa estaba siempre abierta para los poetas, los artistas, los filóso
fos, los virtuosos, para toda clase de actividades culturales e investigaciones cien
tíficas. Dícese que Aristóteles tenía a su disposición la fabulosa cifra de 800
talentos para costear sus" investigaciones de historia natural, dato que fácilmente
podría ponerse en duda como exagerado si no estuviese justificado por la impor
tancia de sus estudios y por la talla de aquel pensador.
Mencionaremos aquí, aunque sólo sea de pasada, las grandes empresas ar
quitectónicas y de ingeniería de Alejandro, de las que a veces hablan las fuentes,
como la reparación del sistema de canales de Babilonia, el dragado de los canales
de desagüe del lago de Copais, la reconstrucción de los templos derruidos de la
Hélade, en la que invirtió, según se dice, 10,000 talentos, la construcción del di
que de Clazomene, la perforación del istmo de Teos y tantas más.
Basta con lo dicho para dar a entender lo que las victorias de Alejandro te
nían que representar para la vida económica. Tal vez no haya vuelto a darse jamás
el caso de un hombre cuya influencia personal haya sometido a una transforma
ción Tan rápida y tan profunda un territorio tan extenso. Transformación que no
fué, ni mucho menos, el resultado de una serie de coincidencias fortuitas, sino,
en la medida en que poseemos datos para opinar acerca de ello, obra de la volun
tad y producto de un plan consciente y consecuentemente desarrollado. La
conmoción experimentada por los pueblos del Asia, el hecho de que el occidente
hubiese descubierto y empezado a necesitar las superfluidades del oriente y éste
las artes del occidente, de que los occidentales instalados en la India o en la
Bactriana y los asiáticos que afluían de todas las satrapías a la corte de Alejandro
sintiesen mucho más la nostalgia de las cosas propias cuando se hallaban lejos de
su tierra, de que en las satrapías, en las casas de los nobles y los ricos, en todas
las esferas de la vida, se convirtiese en una moda más o menos dominante aquella
mescolanza de los más heterogéneos tipos de vida y de las más variadas necesi
dades que, convertida en el lujo más pomposo, se observaba en la corte del rey: .
todo esto contribuía a crear, directamente, la necesidad de un tráfico comercial
intensísimo, el cual, a su vez, exigía, ante todo, la apertura de vías de comunica