Page 158 - Los siete sabios de Grecia, en sus siete veneradas sentencias

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príota Galeso, retuandosc , no solo
del esplendor de los jifanes piihücos,
sino de las conversaciones^
y co-
mercios civiles, trocando
la vida
ciudadana, generosa en un porte
y
mecánico, aqueste entre los mas
y
rústicos Labradores.
Como se n^^ vegaba a Gnido, por
ver el Simuiacro de Venus;
y ^Se-
gestáv por ver el de Diana, asi se
navegaba a Corintho, por ver al
M^gnanínio Thimoleon ^ a quien su '
proprio conocimiento había r^.du*
cido a una pequeña Aldea, rjbando-
nando cargos, honores, eligiendo
y
la conformidad del reposo, como
reliquia de sus trofeos , ó como tro-
feo de sí mismo. Este desprecio
proprio le ocasionó el mayor apre-
cio, pues le conducta el Pueblo so-
bre sus ombros al grdn Theatro, pa-
la tomar su acertado consejo en las
urgencias grandes, porque no hay
mejor consejo, que un desengaño,
na-
f