Page 97 - Los siete sabios de Grecia, en sus siete veneradas sentencias

áí Grecia»
Aun entre su viciosa secla cono-
cía Epicuro, que toda la felicidad
consistía en el fin ; y hallándose ya
en el de su vida, con cruelísimos
dolores, originados de una enveje-
cida corrupción en las entrañas, no
quiso darlos a entender, ni aun por
la menor seña,
y preguntándole sus
amigos, cómo estaba? respondió:
Toy pasando felizmente
el ultimo
dia de mi vida,
y despidió el pos-
trer aliento, primero que un gemi-
do, consolando aquella miseria en
la esperanza de su breve resolucien,
fundada solo en que consistía toda
su felicidad en su fin.
Por ascender a la gloriosa cum-
bre de la mas justa alabanza, persi-
guió Cinegro una nave fugitiva de
los Persianos
, intentando su arroja-
da tenacidad
aferraría con las ma-
nos
, y cortadas ambas, se asió a ella
con los dientes
, y no pudiendo re-
sistir á las muchas heridas
, que su-