Page 38 - Mahabharata
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Las Encarnaciones Milagrosas
Capítulo I
VASU
ABÍA en el hermoso país de los Cedis un rey de la dinastia Paurava llamado Vasu.
H Era un rey justo y poderoso que había conquistado el país de los Cedis bajo los
auspicios del propio Indra. Después de esta conquista, Vasu decidió dejar las armas para
retirarse a una ermita y dedicarse a la práctica de austeridades. Allí vivió feliz durante
algún tiempo, pero Indra, temiendo que Vasu se hiciese demasiado poderoso por los
méritos adquiridos por sus prácticas, vino ante él y le convenció de que dejase la ermita
y se dedicase a gobernar el reino que había conquistado. Convencido por las palabras de
Indra, Vasu dejó la ermita y volvió a su capital, lo cual dejó a Indra tan satisfecho que le
regaló una guirnalda de flores que nunca se marchitaban.
Cerca de la capital del reino pasaba un hermoso río gobernado por la bellísima
deidad llamada Suktimati. Este río provenía de la montaña Kolahala cuyo espíritu
estaba locamente enamorado de la bella Suktimati. Un día, enloquecido de pasión
Kolahala deseó a Suktimati de tal manera que la montaña abrazó al río hasta hacerlo
desaparecer. Al contemplar aquél desastre, el poderoso Vasu golpeó a la montaña con
su pié produciendo un enorme agujero por el que salió el río liberado de los abrazos de
Kolahala. Como resultado de aquella unión amorosa, Kolahala engendró en Suktimati
dos gemelos que eran un niño y una niña. En agradecimiento por haber liberado el río,
Suktimati le ofreció a Vasu los dos niños, los cuales crecieron en la corte de Vasu como si
fuesen sus propios hijos. El niño llegó a ser generalísimo de los ejércitos, mientras que la
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niña, llamada Girika , se convirtió en una encantadora y atractiva joven a quien Vasu,
llegado el momento propicio, convirtió en su esposa.
22 Girika: Hija de la montaña.
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