Page 165 - Egipto Tomo 1
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                 se comprenderá que aludimos á Luis IX de Francia, que derrotado bajo los muros de la
                 ciudad por las tropas del joven sultán el Mo’azzam Turanschah, vióse precisado á entregarse
                 á los infieles con su hermano Cárlos de Anjou y la flor de la caballería francesa. El sultán
                 trató al prisionero con la mayor consideración; pero á costa de su vida que dejó en manos
                 de sus propios soldados. En cuanto  al rey y sus proceres recobraron  la  libertad  el 6
                 de marzo de 1250, mediante un cuantioso rescate y  el abandono de Damieta.
                   Con viento favorable puede  llegarse en  breve  tiempo desde Mansurah á Bebhit-el-
                 Hagar,  una  de  las más  importantes  entre  las  ciudades  arruinadas  de  Egipto. Nada
                 más  bello,  durante esta corta travesía, que  la  vista de  los campos, que perfectamente
                 cultivados,  se distinguen  á ambos  lados  del  rio. Desembarqué  delante de  la aldea de























                 El-Vish, junto  á un antiguo muelle, bastando con que  diera algunos pasos hacia  el
                 interior para que me creyera más bien en Europa que en  el Oriente. Apenas  si dis-
                 tinguí en mi camino una que otra palmera; pero en cambio alzábanse aquí y allá frondosos
                 y arrogantes  los álamos  blancos,  los  tilos  y  los  sauces,  siquiera  se  confundiera  su
                 ramaje con  el  de  las acacias  del Xilo,  los  lebcikhs,  los tamariscos  los arbustos lla-
                                                              y
                 mados bernuf. Al cabo de media hora de andar á buen paso, me detuve ante los restos,
                 perfectamente determinados,  de un muro de  cerca,  en  cuyo  centro  se  levantaba  un
                 gigantesco monton  de  escombros,  único  resto  del hermoso  templo  de  Pa-hebit,  «el
                 » lugar de la fiesta,» en  el cual se prestaba culto á la diosa de cuyo nombre tomaron los
                 romanos  el de Iseum que dieron á la ciudad. Como en  el resto del Egipto,  los edificios
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