Page 232 - Egipto Tomo 1
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MEMPHIS. LAS PIRAMIDES 221
plañideras, siguiendo en pos los animales destinados al sacrificio, y, después de estos, los
sacerdotes, que queman perfumes y rocían el suelo con esencias consagradas. Junto al féretro
vese á la viuda, v detrás de ella los hijos y dependientes, marchando en pos verdaderos
ejércitos de servidores cargados de ofrendas. Ni faltan inscripciones dedicadas al guardián
del infierno, el conductor de las almas en el otro mundo, Anúbis con cabeza de chacal;
no omitiéndose tampoco consignar el número
y la naturaleza de los objetos ofrecidos á los
manes del difunto, y las festividades en que
había obligación de deponer tales objetos
sobre la mesa ó altar de la mastaba.
La mayor parte de las tumbas de esa
inmensa necrópolis, sin exceptuar aquellas
que puso al descubierto el celo de los inte-
ligentes, hállanse de nuevo sepultadas debajo
la arena. Según parece hay otras muchas
dignas de especial atención, y entre ellas la
del gran dignatario Thounerei, en la cual
descubrió Mariette una larga lista de nombres
de reyes, que ha prestado excelentes servicios
para la reconstitución de la historia de Egipto.
No es posible fijar el número de monu-
mentos de piedra, de madera, de bronce y de
otras materias que aquí se han descubierto
en los últimos A'einte años. En esta parte del
cementerio de Memphis se han encontrado
numerosas joyas de oro, labradas con suma
delicadeza, que tenían engastadas turquesas,
jaspes, lapislázuli y otras piedras preciosas.
También proceden de Sakkara algunos de
los monumentos más bellos de la antigüedad
más remota, que tendremos ocasión de
examinar en el museo de Bulak.
El estudio detenido de esta necrópolis exi-
1 CHOZA Y COMPAÑIA DEL FELAH
giria no pocos dias. Internándose en el de-
sierto con el propósito de visitar la notable construcción conocida con el nombre de mastaba
de Faraón, que acaso era un inmenso matadero en el cual se degollarían las innumerables
víctimas ofrecidas en Sakkara, no es cosa rara topar con una caravana de beduinos
procedentes de los oasis de la Libia, que después de un fatigoso viaje al través del árido
desierto siente que las fuerzas le renacen con solo respirar las emanaciones del Nilo, v
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