Page 227 - Egipto Tomo 1
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214               MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
                personas ó mercancías. Empleábanse la vela y el cable con el cual se halaban; pero no se
                conocía el gobernalle movible, y en su lugar se empleaba un remo que manejaba un hombre
                muy diestro.











                  Entonces, como ahora, los egipcios obtenían la mayor parte de sus rentas de los extensos
                campos que fertilizaba el limo del Nilo, y los cuadros que tenemos á la vista nos permiten
                asistir por vista de ojos á las diferentes operaciones y  faenas campestres. Sólo citaremos, sin
                                             embargo  el laboreo del campo por medio
                                                   ,
                                             del arado, y  la trilla llevada á cabo por los
                                              bueyes. En aquel distinguimos un par de
                                             bueyes que unidos bajo el yugo, adelantan en
                                             su carrera animados por el palo y las voces
                                             del jayan, ademanes que expresan claramente
                                             las palabras «arread fuerte,» que se leen en-
                                             cima de las bestias,  al paso que no pueden
                                             dejarnos lugar á duda respecto de la faena
                                             las que dicen «operación  de  arar» puestas
                encima del que empuña el arado á fin de que no salga torcido el surco. La manera como esta
                representada la segunda, nos recuerda desde luego el precepto bíblico que dice: «no le atei& la
                » boca al buey que trilla,» y si bien es verdad que de ello se aprovecha el que marcha á la









                cabeza de todos, encima del cual se leen las palabras «Arre, bestias, arre,» también puede ob
                servarse que el vigilante, arrimándole un varapalo, trata de recordarle que semejante piocedei
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