Page 425 - Egipto Tomo 1
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342                    EL CAIRO            y
                mezquita, los habitantes del Cairo acuden en gran número á visitar  el sepulcro de Hasan,
                bien que ignoran que no reposan en  él los restos del fundador, por la razón sencillísima de
                que jamás se ha encontrado su cadáver. Tratándose de asuntos de interés general, suelen
                congregarse en las grandes salas; pero cuando lo que les mueve es  el deseo de sanar de
                determinadas dolencias, acuden á la que contiene el sepulcro del sultán, persuadidos de que




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                             ORNATO DEL GRAN ARCO DE ENTRADA DE LA MEZQUITA DEL SULTAN HASAN

               para librarse del catarro, por ejemplo, les basta con humedecerse la lengua con cierta agua
               rojiza que se obtiene mojando el dintel de pórfido del mausoleo, y frotando contra él mismo
               un ladrillo milagroso que se guarda cuidadosamente para semejante efecto. También gozan
               fama de milagreras las dos columnas laterales  : basta para ello, según se pretende, con lamer
                                la de la derecha para curar como por ensalmo los que padecen
                                ictericia:  á  las mujeres que desean tener hijos  les basta con
                                chupar el zumo de un limón que previamente se haya frotado
                                contra la superficie de la otra.
                                  De fijo no se acordaba poco ni mucho de esas gentes supers-
                                ticiosas  el  artista que concibió y construyó después  el gran
                                arco del Norte,  al cual se llega por medio de algunos peldaños,
                                desde cuyo nivel  se levanta á una  altura de  veinte metros.
                                Ciérralo por su parte superior una media cúpula acanalada que
                                apea en un paramento de  estalactitas.  Sus paredes hállanse
                                adornadas interiormente de riquísimos arabescos, coronando la
                                ornamentación de tan rica fachada una ancha cornisa sostenida
               ORNATO DEL GRAN ARCO DE ENTRADA DE
                 LA MEZQUITA DEL SULTAN HASAN
                                por una série de elegantes hornacinas que corren al rededor do
               toda la mezquita. En dicha fachada se encuentra la entrada principal del templo. La enorme
               cúpula, ligeramente acebollada, se enlaza al cubo que la sostiene por medio de un basamento
               octogonal.  El mayor de sus dos alminares no tiene en  el Cairo otro que  le iguale en
               elevación: mide ochenta y seis metros: cuanto se diga para encarecer su solidez es poco,
               bastando para ello con fijar la mirada en las columnas empotradas en los ángulos del mismo.
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