Page 52 - Egipto Tomo 1
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ALEJANDRIA ANTIGUA              35
              expíela la inscripción que en la misma campea, mandóla erigir en honor del emperador
              Dioeleeiano, el Genio tutelar de la ciudad, para demostrarle su gratitud por el trigo con que
              socorriera á los de Alejandría.
                Otio monumento levantaron los alejandrinos en obsequio del propio emperador: la estatua
              de bronce de un caballo,  al cual tenían con  efecto porqué mostrarse agradecidos. Un tal
              Aquileo &e alzó en rebelión, proclamándose emperador contra Dioeleeiano: los alejandrinos
              se pusieron de su parte
                                                                   , de la
                             : el legítimo emperador vióse precisado á poner sitio á la ciudad
              cual sólo logró apoderarse al cabo de ocho meses, y cuando habia muerto ya Aquileo. Para
              castigar á los rebeldes ordenó el César que se fueran degollando vencidos hasta tanto que su
              sangie  llegara  á las  corvas  de  su  caballo.  Comenzóse  la matanza;  el emperador  se
              adelantó montado al lugar del suplicio mas asustándose el caballo á la vista de un cadáver,
                                      ;
              dio un bote, cayó,
                          y se manchó de sangre las rodillas. La sentencia del emperador quedaba
              en rigor cumplida: púsose término al degüello, y los alejandrinos, agradecidos, quisieron
              perpetuar sus sentimientos de  la manera que dejamos consignada. Xo escaparon tan bien
              en tiempo de Caracalla.  Éste fué perfectamente recibido y soberbiamente festejado por los
              alejandrinos; mas como llegaran á sus oidos ciertos cueniecillos y chistes epigramáticos
              que contra su persona se permitieron los magnates de la ciudad, disimulando la ira que le
              dominaba,  invitó á  los ancianos á un  festín; reunió á  los jóvenes en  el Gimnasio;  y
              haciéndolos atacar traidoramente, no  se dió por satisfecho hasta después de  tres dias de
              saqueo y de matanza. La sangre enrojeció las aguas del puerto, y el número de las víctimas
              fué tal, que no atreviéndose el emperador á revelárselo al Senado, en la misiva que le remitió
              dándole cuenta  del hecho, limitábase á  decirle, con falaz  hipocresía, que habia pasado
              aquellos dias en ejercicios de devoción, habiendo ofrecido en ellos á los dioses sacrificios de
              hombres con las víctimas ordinarias.  Después hizo construir á lo largo de la ciudad una
              robusta muralla provista de torres, á fin de reducir á los habitantes á la obediencia pasiva.
                No dejaron recuerdos  tan  desagradables  las  visitas hechas anteriormente por otros
              Césares. Adriano se dignó discutir con los sabios del Museo, que le demostraron por ello su
              gratitud con las frases más lisonjeras, haciéndole  el poeta Pancrates presente de una flor
              de loto, roja, de singular rareza, acompañada de una dedicatoria, en la cual se consignaba:
              que dicha flor era producto de la sangre de un león  , que habia muerto el emperador por su
              propia mano en  el desierto de Libia.  Cierto que por aquel tiempo  las plazas del Museo
              habíanse convertido en verdaderas prebendas, que disfrutaban por punto general individua-
              lidades indignas, sin otros méritos que el ser rebuscadores de curiosidades ó negociantes
              en fruslerías; mas al lado de ellas se encontraban también algunos hombres de verdadero
              mérito como  el  gramático  Apolonio  Díscolo,  y  el astrónomo  Claudio  Tolomeo, cuvo
              sistema planetario prevaleció durante más de mil años,  lo mismo en  el mundo cristiano
              que en el musulmán. Ni desaparecieron completamente los doctos en los tiempos posteriores;
              de manera que  Alejandría continuó siendo  el lugar apropiado para  el florecimiento  del
             Ateneo, por lo mismo que sus individuos estaban al corriente de todas las agudezas y de
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