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10 ARQUEOLOGIA IBEROAMERICANA 4 (2009) ISSN 1989–4104
Fig. 3. Depósitos funerarios (tipo I). A.
E-2 de 2007 en el segmento S1. Nótese,
a la derecha de la escala, la concentra-
ción de cenizas correspondiente a un
fogón. B. Vista ampliada del cráneo de
E-2. Nótese el relleno sedimentario par-
cial del cráneo.
creto; criterio este que se genera-
lizó a partir de los estudios de las
prácticas mortuorias y que ha
constituido un mito dentro de un
período de tiempo de la investi-
gación arqueológica (La Rosa,
2003). Sin embargo, es probable
la intención del acomodo de los
individuos en función de su pro-
tección y el aprovechamiento del
espacio, sobre todo a partir de
aquellos casos que aparecen más
próximos a la pared del farallón
LOS TIPOS DE DEPÓSITOS Y LAS y otros estrechamente vinculados espacialmente.
ALTERACIONES TAFONÓMICAS En los tipos de los enterramientos se identifican todas
las clases de alteraciones tafonómicas: Ia y Ib, II, IIIa y
Los segmentos S1 y S3 se corresponden con la deno- IIIb. En las figuras mencionadas para los depósitos del
minación de Cementerio II y Cementerio I, respectiva- tipo I se aprecian claramente las diferencias en cuanto al
mente, utilizados por Chinique (2007). En primer lugar, estado de preservación de los individuos. En el esquema
estos dos momentos reflejan una serie de características de la fig. 2B, se ilustran mayormente los mecanismos de
similares y otras diferenciables. Como ejemplo, podemos alteración tafonómica como la desarticulación y disper-
decir, mediante la observación y el análisis osteológico sión de material óseo con respecto al segmento S3. Hasta
in situ de la disposición anatómica de los individuos pre- ahora no se ha comprobado la existencia de enterramien-
sentes, que existen depósitos funerarios del tipo I (figs. tos o depósitos secundarios (tipo II) (Rodríguez et al.
3A-B y 3C) para ambos segmen-
tos y del tipo IIIa (figs. 4A y 4B,
fig. 5A) y IIIb (fig. 5B) —hasta
ahora— sólo para el que compren-
de las capas más tardías o super-
ficiales (S1). La mayor abundan-
cia de depósitos funerarios se con-
centra en S1, pero para los indivi-
duos ubicados tanto en S1 como
en S3 se evidencian diferentes gra-
dos de preservación. Ninguno
muestra apariencia de orientación
hacia algún punto cardinal en con-
Fig. 3C. E-42 de 2006 en el segmento S3.
Los restos de cenizas y conchas pertene-
cen al segmento S2 por estar muy cerca
el límite entre ambos. En este individuo
se aprecia claramente la acción por irra-
diación del calor. Nótense los huesos
quemados.