Page 22 - PRINCIPIOS Y FUNDAMENTOS DE LA GESTION DE RIESGOS FINANCIEROS
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A medida que avanzaba el tiempo, se reconocieron las
limitaciones de Basilea I y se vio la necesidad de actualizar
y mejorar los estándares. Esto condujo al desarrollo de los
Acuerdos de Basilea II, que se implementaron en etapas a
partir de 2004. Basilea II fue una revisión significativa
que introdujo una aproximación más sofisticada al cálculo de
riesgos y requisitos de capital. Se establecieron tres
pilares en Basilea II:
Requisitos de Capital Mínimo: Continuaron el enfoque de
Basilea I, pero introdujeron categorías más detalladas de
riesgos, lo que permitió una asignación de capital más
precisa según el riesgo asociado.
Proceso de Evaluación de Riesgo Interno (IRB): Permitió a
los bancos calcular sus propios requisitos de capital
utilizando sus modelos internos para evaluar el riesgo
crediticio.
Disciplina de Mercado y Divulgación: Se enfocó en la
transparencia y la divulgación adecuada de la información
relacionada con los riesgos y el capital de los bancos.
Sin embargo, después de la crisis financiera de 2008, se
identificaron algunas debilidades en Basilea II, como la
falta de control sobre riesgos sistémicos y la complejidad
excesiva en la implementación. Esto llevó al desarrollo de
los Acuerdos de Basilea III, que se implementaron
gradualmente a partir de 2013.
Basilea III introdujo reformas significativas en la
regulación bancaria, incluidos requisitos más estrictos de
capital y liquidez, así como medidas para abordar riesgos
sistémicos y mejorar la capacidad de los bancos para
enfrentar situaciones de estrés financiero.
En resumen, los Acuerdos de Basilea surgieron de la necesidad
de establecer estándares internacionales para la regulación
bancaria y la gestión de riesgos. A lo largo de los años,
estos acuerdos han evolucionado para abordar las lecciones
aprendidas de crisis financieras anteriores y mejorar la
estabilidad y la integridad del sistema financiero global.
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