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El Popol Vuh 50
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No había fuego. Solos estaban allá los de Pluvioso. Éste [era] el dios de las tribus. El
primero, él hizo nacer el fuego; este nacimiento no se muestra, pues el fuego llameaba ya
cuando lo vieron Brujo del Envoltorio, Brujo Nocturno. “¡Ay! ya no hay nuestro fuego que había
sido hecho; nos morimos de frío”, dijeron en seguida. Entonces Pluvioso respondió: “No os
aflijáis. Vuestro es el fuego perdido del cual habláis”; [así] les respondió Pluvioso.
“Verdaderamente, oh dios, oh sostén nuestro, oh nutridor nuestro, oh dios nuestro”, dijeron,
dándole gracias. Pluvioso habló. “Muy bien. En verdad, yo, vuestro dios; que así sea. Yo vuestro
jefe; que así sea”, fue dicho por Pluvioso a Los de las Espinas. Los del Sacrificio. He aquí que las
tribus se calentaban, se regocijaban a causa del fuego. Entonces comenzó un gran aguacero,
allá adonde brillaba el fuego de las tribus; mucho granizo menudo cayó sobre la cabeza de todas
las tribus; entonces el fuego fue apagado por el granizo; no hubo ya fuego hecho. Entonces Brujo
del Envoltorio, Brujo Nocturno, pidieron otra vez su fuego. “Oh Pluvioso, en verdad morimos de
frío”, dijeron a Pluvioso. “¡Bien! No os aflijáis”, dijo Pluvioso. En seguida produjo fuego sacando
fuego [por fricción] de sus sandalias. Entonces Brujo del Envoltorio. Brujo Nocturno. Guarda-
Botín, Brujo Lunar, se regocijaron y después se calentaron.
He aquí que, también se había apagado el fuego de las tribus; éstas se morían de frío;
entonces fueron a pedir fuego a Brujo del Envoltorio, Brujo Nocturno, Guarda Botín. Brujo Lunar.
Intolerables [eran] sus sufrimientos por el frío, la helada; solamente se caían de frío, se
entumecían; ninguna vida en ellas; se debilitaban; sus piernas, sus brazos, se torcían; no podían
asir [nada] cuando llegaron. “No nos avergoncéis si os pedimos que nos deis un poco de vuestro
fuego”, dijeron al llegar. No se fue a [su] encuentro; entonces en sus corazones gimieron las
tribus. Diferente [del suyo] era el lenguaje de Brujo del Envoltorio, Brujo Nocturno, Guarda-Botín,
Brujo Lunar. “¡Ay! ¡Oh! Abandonamos nuestra lengua. ¿Cómo hicimos? Nos hemos perdido. ¿En
dónde nos engañamos? Único era nuestro lenguaje cuando vinimos de Lugar de la Abundancia;
única nuestra manera de sostener [el culto], nuestra manera de vivir. No está bien lo que
hicimos”, repitieron todas las tribus, bajo los árboles, bajo los bejucos.
Entonces un hombre se mostró a la faz de Brujo del Envoltorio, Brujo Nocturno. Guarda-
Botín, Brujo Lunar. Aquel mensajero de Xibalbá les dijo: “En verdad, he aquí a vuestro dios, he
aquí a vuestro sostén, he aquí al sustituto, al recuerdo, de vuestros Constructores, de vuestros
Formadores. No deis su fuego a las tribus hasta que éstas den a Pluvioso, vuestro jefe, lo que
ellas deben daros, Preguntad pues a Pluvioso lo que ellas deben darle para coger fuego”; [así]
dijo aquel Xibalbá. Su ser era como el ser de un murciélago. “Yo soy el mensajero de vuestros
Constructores, de vuestros Formadores”, añadió el Xibalbá. Entonces ellos se regocijaron; en su
espíritu crecieron Pluvioso, Sembrador. Volcán, cuando habló aquel Xibalbá. De súbito éste se
borró de delante de sus rostros, sin irse. Entonces llegaron las tribus que perecían de frío: mucho
granizo, obscuridad, lluvia, helada; incalculable el frío. Ahora, pues, todas las tribus se
encontraron tembló rosas, tartamudeantes de frío, al llegar allá adonde estaban Brujo del
Envoltorio. Brujo Nocturno. Guarda-Botín.
Brujo Lunar. Grande [era] la aflicción de sus corazones: tristes [estaban] sus bocas, tristes
sus rostros. En seguida [las tribus] llegaron en secreto ante los rostros de Brujo del Envoltorio.
Brujo Nocturno. Guarda Botín, Brujo Lunar. “¿No tendréis piedad de nuestros rostros, de
nosotros que no os pedimos más que un poco de vuestro fuego? ¿No se ha encontrado una sola
casa para nosotros, un solo país para nosotros124 , cuando fuisteis construidos, cuando fuisteis
formados? Tened piedad de nuestros rostros”, dijeron. “¿Qué nos daréis para que tengamos
piedad de vuestros rostros?”, fue dicho. “Pues bien, os daremos metales preciosos”,
respondieron las tribus. “No queremos metales preciosos”, dijeron Brujo del Envoltorio. Brujo
Nocturno. “¿Qué queréis?” “Pronto os lo pediremos”. “Bien”, respondieron las tribus. “Vamos a
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