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47Por Miriam Cifuenteswww.i-am-magazine.comCuando Domingo resembraba una serie deplantas ornamentales y medicinales, llev%u00e1ndolasde la tierra a sus respectivas macetas, observ%u00e9que el cuidado que pon%u00eda al cortar las peque%u00f1asramas de la planta madre era mucho mayor delque pon%u00eda al resembrarlas. Finaliz%u00f3 su jornadade siembra regando cada maceta con abundanteagua para que esta se derramara sobre el sueloy se esparciera por todo el sembrad%u00edo. Unasemana despu%u00e9s le hice el comentario sobre %u201clotriste%u201d que luc%u00edan algunas de las macetas ysobre la posibilidad de que se marchitaran y seperdiera el esfuerzo realizado, d%u00edas antes.As%u00ed pasa cuando se trasplantan cualquiervegetal o arbusto. Por eso siempre se debenescoger los mejores reto%u00f1os, alresembrarlos se riegan con suficiente aguay se espera un tiempo%u2026Despu%u00e9s de un silencio de segundosprosigui%u00f3:Porque solo aquellos que quieren florecer%u2026%u00a1florecen!.Con palabras simples entend%u00ed la diferencia delcuidado que hab%u00eda puesto al cortar cada mata yla aparente indiferencia al resembrarlas yregarlas. Tambi%u00e9n aprend%u00ed que el amanecer o elatardecer son las horas m%u00e1s propicias para estetipo de actividad y, que antes de realizarlas, esimportante preparar la tierra con el prop%u00f3sito delograr una buena resiembra; lo dem%u00e1s sucedecasi por casualidad como escoger los buenos olos malos reto%u00f1os y el azar del clima despu%u00e9s dela siembra.Todos estos factores ya no dependen delsembrador, por lo que libera el tiempo y se dejaque la naturaleza siga su curso.Un domingo conDOMINGO