Page 51 - Muerte al Rey II
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Los conocimientos ajedrecísticos no deben ser exclusivamente cuestión de memoria, la memorización
de variantes no es tan importante…La memoria es una herramienta costosa, y está cargada de difi-
cultades. De mis 68 años he empleado al menos 40 en olvidar lo aprendido o leído, y al conseguirlo
he conservado fresco mi intelecto. Por lo tanto, no hay que procurar conservar conclusiones en la
memoria, sino métodos. Un método es elástico, se puede aplicar en diversas situaciones de la vida.
Y quien adquiere la facultad de pensar en el ajedrez por sí mismo, debe evitar todo aquello que está
muerto: las teorías sintéticas, que se ajustan a muy pocos ejemplos y un gran número de invenciones,
la costumbre de jugar contra adversarios más débiles, al deseo de eludir algo sin crítica para aceptarlo
sin reflexionar, repetir variantes y reglas que han empleado otros, ser presumido y vanidoso, no ser
responsable de sus errores, en pocas palabras, todo aquello que lleva a la rutina y la anarquía. (“Lehr-
buch des Schachspiels”)
José Raúl Capablanca: Sería un grave error estudiar la apertura sin su conexión con el medio
juego y el final. Del mismo modo es erróneo estudiar el medio juego sin considerar el final. Por lo
tanto, está claro que el ajedrecista primero debe familiarizarse con el final, y sólo cuando lo domine,
entonces podrá aprender la apertura y el medio juego, que deben ir estrechamente ligados con el
final. (“Últimas lecciones de Capablanca”)
Alexander Alekhine: Por un lado, la búsqueda de la verdad y, por otro, la tendencia a la lucha,
hicieron de mí un maestro. Ya de niño advertí que tenía capacidad para el ajedrez. Y también advertí
una ambición interna por el ajedrez. Por medio del ajedrez eduqué mi carácter. El ajedrez, ante todo,
enseña a ser objetivo. Sólo se puede llegar a ser un gran maestro si se reconocen los propios defectos
y errores. Esto es tan cierto aquí como en la vida. Un rasgo junto con otros determina la potencia
ajedrecística: una inquebrantable atención que aísle al jugador del mundo exterior. (“De diversos
artículos”)
Aaron Nimzowitch: El análisis simultáneo de posiciones de distinto tipo trae como consecuencia
sólo un caos mental, mientras que el estudio minucioso de un tipo no pierde su efecto y eleva el
nivel de la comprensión posicional. Si usted, querido lector, trabaja con la máxima intensidad posible
en el examen de un tipo de posiciones, digamos las columnas centrales contra un ataque de flanco,
entonces no me sorprendería de ninguna manera si, como consecuencia de ello, también pudiera
extraer una clara opinión en el campo del final. El proceso de estudio de una posición típica no sólo
persigue como objetivo el análisis de esa posición, sino también el perfeccionamiento en conjunto
de la intuición personal. Yo creo en la fuerza radioactiva de ese método: todo el organismo ajedre-
cístico despierta en cierto modo y espera con toda alegría su renovación. No sólo se refuerza el tacto
posicional, la característica del perfeccionamiento posiblemente consiste en que el ajedrecista, que
antes perseguía fantasmas (por ejemplo, soñaba eternamente con un ataque de mate), de pronto
considera la seria sabiduría de la realidad ajedrecística. …El talento combinativo más el trabajo mi-
nucioso pueden hacer posible lo imposible, y, por tanto, le aconsejo una vez más: ¡jugador combativo,
procure comprender letra por letra, los más importantes motivos y estrategias posicionales, procure
aficionarse a ella, estúdielas! ¡Sólo la unión del juego combinativo con el posicional le traerá el éxito,
la alegría y el encanto, en los que el ajedrez es tan rico! (“Cómo llegué a Gran Maestro”)
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