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837                                                    JOB 7:1–19
                CAPÍTULO 7               9  Como la nube se desvanece
                                              y se va,
       Job pregunta: ¿No tiene acaso el     así el que desciende al Seol
       hombre trabajo arduo sobre la tie-     no subirá;
       rra? ¿Qué es el hombre para que lo   10  no volverá más a su casa,
       engrandezcas? ¿Por qué no perdo-     ni su lugar le reconocerá
       nas mi iniquidad?                      más.
                                         11  Por tanto, yo no refrenaré mi
                                 a
         ¿NO tiene acaso el hombre  tra-      boca;
             bajo arduo sobre la tierra?    hablaré en la angustia de mi
            ¿Y no son sus días como los       espíritu
             días del jornalero?            y me quejaré en la amargura
         2  Como el siervo anhela la          de mi alma.
             sombra,                     12  ¿Soy yo el mar, o un mons-
            y como el jornalero espera el     truo marino,
             salario de su trabajo,         para que me pongas guar-
         3  así he tenido que heredar         dia?
             meses de desolación,        13  Cuando digo: Mi lecho me
            y me asignaron noches de          consolará,
             trabajo agotador.              mi cama atenuará mis que-
         4  Cuando estoy acostado,            jas,
             digo:                       14  entonces me asustas con
            ¿Cuándo me levantaré? Mas         sueños
             la noche es larga,             y me aterras con visiones.
            y estoy cansado de dar vuel-  15  Y así mi alma tuvo por mejor
             tas hasta el alba.               la estrangulación,
         5  Mi carne está vestida de        y quiso la muerte más que
             gusanos y de costras de          la vida.
             polvo;                      16 Aborrezco mi vida; no he de
            mi piel se agrieta y supura.      vivir para siempre;
         6  Y mis días son más veloces      déjame, pues mis días son
             que la lanzadera del teje-       vanidad.
                                                    a
             dor,                        17 ¿Qué es  el hombre para que
            y fenecen sin esperanza.          lo engrandezcas,
         7  Acuérdate de que mi vida es     y para que pongas sobre él
             un soplo                         tu corazón,
            y de que mis ojos no volve-  18  y para que lo visites cada
             rán a ver el bien.               mañana,
                                                            a
         8  Los ojos de los que me ven      y para que le  pongas a
             no me verán más;                 prueba a cada momento?
            tus ojos están sobre mí, y   19  ¿Hasta cuándo no apartarás
             dejaré de ser.                   de mí tu mirada,

       7  1 a Alma 12:26–28;    17 a Sal. 8:3–6.
             DyC 42:48; 121:25.  18 a GEE Adversidad.
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