Page 15 - 4 : El gran desafío
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Al escuchar el postulado final de Kaplun, a Jesús González Requena se le escapó
una sonrisa un tanto irónica. De haber querido reflexionar sobre lo dicho por Kaplun, no
hubiera podido, ya que González Requena estaba ansioso por dar a conocer su propia
postura.
Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, es decir, que los discursos
audiovisuales carecen de carácter discursivo, y por lo tanto, se presentan fragmentados, el
se refiere principalmente a los noticieros como el género que mejor refleja lo que la
televisión actual. Denuncia que no muestran la realidad (lo cotidiano), sino que, muestran
lo real (lo que irrumpe en la realidad inesperadamente). Es decir que, el carácter de
noticiabilidad se ha desplazado hacia lo real. Esto genera que, como para la audiencia el
noticiero es una sucesión de reales, ésta comienza a creer que esa es la realidad. Aún así,
sostiene que solo existe un género que tiñe toda la programación: el porno-terror. Es
decir, una mixtura de ambos géneros: pornografía y terror. Aquí, se borran los límites
entre lo privado y lo público; lo siniestro invade la imagen a la vez que el universo
narrativo experimenta un proceso de descomposición de su estructura de verosimilitud.
Todo pasa a ser digno de ser mostrado, derivando en un discurso de obscenidad.
Por último, las miradas se dirigieron hacia Giovanni Sartori, quien aún no había
emitido ningún sonido desde mi primera interpelación. Éste, muy tranquilo, se prendió un
cigarrillo como si no se hubiera sentido aludido ante mi pregunta. Tras un ínfimo silencio,
se excusó con que no suele hacer hincapié en los géneros audiovisuales, y a modo de
chiste dijo: “no busco entretenerlos mostrándoles una imagen que no soy, como haría la
televisión actual. A veces es más inteligente guardar silencio”.
Tras semejantes palabras, ya estaba todo dicho...
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