Page 62 - Lascivia Noviembre 2017
P. 62

desnudo totalmente, con mi verga apuntando hacia el techo, pues ya tenía

                  una tremenda erección.




                    Le hice señas y le dije a Esperanza que se acostara en el sofá y yo me pon-

                  dría arriba pero a la inversa, mi intención era empezar con una 69, hacien-

                  do sexo oral. Lo hicimos y yo metí mi rostro entre sus muslos y comencé a

                  lamer su rajita, sentí primero un poco su sabor a orina, lo del día, pronto ya

                  sentí el olor y sabor amargo de su rajita, mientras ella comenzó chupando
                  mi glande, poco a poco mamaba más, sentí que aprisionaba el tronco de mi


                  verga con sus labios, luego lamía y chupaba. A los pocos gemidos cada uno
                  le sacaba al otro gemidos de placer.




                    Esperanza mama muy rico, y yo chupaba toda su raja con mucha lujuria,

                  quería comérsela de verdad. Mi lengua recorría desde su ojo del culo hasta

                  su clítoris, Esperanza era una rica hembra en toda la dimensión de la pala-

                  bra. Yo la llevé a un orgasmo pronto, lamí todo lo que salió de su vagina.




                    Luego de esa sesión única y exquisita del 69, me puse sentado en el sofá

                  de mi oficina y ella se pondría sentada de frente a mi sobre mis piernas cla-

                  vándose mi verga. Esa posición fue divina, la ensarté toda, y ella se puso a

                  cabalgar, mientras yo tenía de frente sus dos bellas tetas que comencé a ma-

                  mar y a morder, pronto ella comenzó a dar de gemidos, noté que ella se ex-

                  citaba muy pronto, comenzaba a gemir, quejarse y gritar que la cogiera duro,

                  que le gustaba mi verga, y otras cosas que calentaban más mi cabeza. Ella

                  se movía mucho, hacia adelante y hacia atrás, saltaba y se daba sentones en

                  mi verga que hacía que yo la ensartará hasta los huevos.




                    -Q ue mujer tan caliente!!- pensaba yo, ya me había dado cuenta que el

                  sexo la hacía cambiar de una mujer seria y formal a una tremenda puta. Ella

                  se movia tanto que yo no podía seguirla, de nuevo ella llegó al orgasmo an-

                  tes que yo, empezó a gemir y gritar su venida, diciendo -que ricooo!!- -me

                  estas dando una tremenda metida de verga!- me decía como sin control.

                  Siguió moviendo su vientre y me hizo acabar brutalmente, yo también emití

                  un quejido de placer acompañado de buenos chorros de semen que termi-

                  naron en el interior de su rajita.
   57   58   59   60   61   62   63   64   65   66   67