Page 64 - Lascivia Noviembre 2017
P. 64

Luego de correrme, ella se desmontó y de su rajita salió un chorro de se-

                  men que cayó al suelo de la oficina. Yo le pedí que se pusiera en cuatro hin-

                  cada sobre el sofá con el culo hacia afuera. Sus nalgas eran bellas, bien for-

                  madas y yo me incliné para besarlas y lamerlas un rato, las abrí para divisar

                  su redondo, fino y arrugado ano, lo lamí varias veces y ella movió su culo

                  como aprobando mis lamidas, luego le puse mi verga en la entrada de su va-

                  gina y la fui penetrando lentamente hasta que mis huevos chocaron contra

                  sus nalgas, se la tenía toda metida. Después comencé a bombear mi verga
                  en esta modificación de la posición canina, la tomé de la cintura de avispa


                  que tenía y la penetre más duro y profundo, ella de nuevo comenzó a dar de
                  gemidos y gritos de aprobación.




                    La pistonie por varios minutos, incluso le metí mi dedo pulgar en su culo,

                  a ella le gustó, porque gimió de gusto, asi que le daba duro entrando y sa-

                  liendo de su vagina y metiendole mi dedo en su apretado ano, y cuando

                  noté que estaba por correrse otra vez, aceleré con la intención de acabar al

                  mismo tiempo, cuando ella comenzó a gritar su corrida yo también comen-

                  cé a gritar la mía, los gemidos de ambos llenaron todo el edificio y la bode-

                  ga, hasta que nos fuimos calmando poco a poco. Otro tremendo palo entre

                  Esperanza y yo.




                    Y al otro día de nuevo, ella indiferente y me hacía saber que amaba a su

                  marido y que mejor ya no deberíamos seguir teniendo sexo. Pero a los po-

                  cos días, de nuevo terminamos cogiendo. En esta tercera ocasión, esa noche

                  recibimos mercadería y encomiendas, ella llegó a recibirlas conmigo, al ter-

                  minar, le dije que la pasaba dejando a su casa en mi coche, apenas arranqué,

                  me dijo que la llevara a otro lugar donde estuvieramos en privado, me diri-

                  gí a un autohotel, entre el coche y subimos a una habitación con una gran

                  cama y espejos por doquier, nos empezamos a besar otra ardientemente,

                  ahora yo la fui desnudando sobre la cama, pero en eso ella me detuvo y me

                  dijo que su marido la llamaba cada noche entre 9:00 y 9:30, asi que si llama-

                  ba ella tendría que responde su móvil, le dije que no habría problema que

                  me detendría para que pudiera contestar.




                    Empezamos con ella mamando mi verga, yo de pie y ella hincada en la cama

                  chupando bien rico y profundo mi verga, como dije ella lo hace delicioso, así
   59   60   61   62   63   64   65   66   67   68   69