Page 137 - Punto de Fuga_2_Neat
P. 137

cansada. Esto lo hago cada quince días o veinte, depende del

            que tenga para todo, de cómo fueron las ventas y demás.

                   Llego  a  casa,  el  bebé  llora,  me  reclama.  No  puedo

            atenderlo.  Me  desvisto.  Pongo  la  ropa  para  lavar,  me  baño.

            Luego sí, lo atiendo, lo lleno de besos y le doy la teta.

                   Cuando  se  queda  dormido.  Lo  pongo  en  su  cuna.  Y

            empiezo  a  amasar.  Prendo  la  garrafa.  El  bollo  leva.  Al  rato

            armo los panes, prendo el horno y los cocino. Ni bien están

            listos salgo a venderlos.

                   Otra vez me subo a la bici y voy al centro. Grito "panes

            calentitos,  caseros  recién  horneados"  "panes  integrales"  "pan

            sin sal". Lo que se me ocurra en el momento. A veces juego a

            hacer  rimas  y  me  salen  re  tontas.  Ponele,  una  era  “panes

            recién horneados, para los recién madrugados” y otra “Panes

            caseros  que  inspiran  boleros”.  No  soy  buena  para  las  rimas,

            claramente.

                   Así  es  mi  aislamiento:  dar  la  teta,  hacer  panes,  la

            bicicleta,  el  eterno  frío  y  el  cansancio.  Pero  sobrevivimos.

            ¿Será por un tiempo? ¿Podrá mi cuerpo aguantar todo esto?

                                                                       136
   132   133   134   135   136   137   138   139   140   141   142