Page 26 - Punto de Fuga_2_Neat
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no se va a morir de inanición. Así que le traían baldes de agua
para lavarlo y de paso él abría la boca como un pez para tragar
algo.
Sabe que estuvo en algún sitio en Prefectura porque
siendo zaratense conocía los sonidos de la costanera. Dos
imágenes quedaron en mi cabeza mi padre atado a una silla
pidiendo agua para sobrevivir y los milicos ofreciéndole la
ayuda de un padre, de un sacerdote católico apostólico y
romano. No puedo ser menos que atea y terrenal. Creo que
acá, en nuestros cuerpos, en tiempo y espacio se dirime lo que
somos, en lo que hacemos día a día.
Luego de firmar diecisiete amonestaciones por los
portazos y desacato, antes de cerrar la puerta de la ampulosa
oficina del cura, se abrió mi garganta y pude hablar. Si bien
me dolían las piernas por estar de pie tanto tiempo, con toda
entereza le dije:
-Gracias, por llamarme anarquista, señor.
Y me retiré incólume.
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