Page 23 - Punto de Fuga_2_Neat
P. 23
de los golpes recorrió sus pasillos silenciosos. Para mi sorpresa,
me atendió, con un tono sereno, componedor, impostado, el
señor Puchini. Me invitó a que pasara, y muy tranquilamente,
me avisó que me iba a amonestar. Me llevó a su oficina.
-Mire señor -quise explicar algo de lo que sentía.
Me cortó en seco:
-Usted, llámeme Padre.
Me negué rotundamente:
-Mi padre está trabajando.
Eso lo enojó.
Como tormento no me permitió sentarme durante la
hora y media que duró su sermón. Mientras, cínicamente, él
se acomodaba en su sillón.
-Tu problema es que sos anarquista, pobrecita -
concluyó.
No me dejó hablar.
22