Page 20 - Punto de Fuga_2_Neat
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Tocó el timbre de la puerta como todas las veces que
llegaba tarde tocó el timbre de la puerta. Pero esta vez no iba
a clases. Iba a entregar esa computadora.
-Un segundo, por favor –contestó, desde adentro, una
voz de hombre.
Por los ruidos que atravesaban la puerta, parecía buscar
las llaves, o vestirse, o buscar las llaves mientras se vestía, o
simular que buscaba llaves mientras se vestía.
El hombre que abrió la puerta estaba despeinado, tenía
pantuflas rojas y una bata que sostenía con sus manos
intentando evitar que asomara su torso desnudo.
-¡Dejala ahí! ¿Cuánto es? Ahí…
Juan contestó un precio mucho más alto que el
acordado con el gaita.
Ese hombre en bata, ese hombre en pantuflas rojas, ese
hombre dueño de la computadora que casi naufraga de tanto
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