Page 15 - Punto de Fuga_2_Neat
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Nueve de la mañana. Estamos en casa, como le digo
ahora. Es un departamento piso 13, en pleno centro de La
Plata, bien “paquete” como dirían mis vecinas. Antes, casa era
en Escobar, de donde soy o era. Y éste, en unos años más, no
será ya mi hogar. No querré entrar, no tendré valor para
dormir acá. Cambiaré mi cama confortable para recostarme en
sillones de salas desconocidas. Como la chica de la remera de
Greenpeace en la canción de Los Redondos.
Las nueve, decía. Marce y yo somos las únicas mujeres.
El resto son los chicos. Ya no recuerdo sus nombres. El rubio
propone: ¿salimos? Bajamos en el ascensor, nos concentramos
en la vereda, fumamos.
Ahora caminamos por calle 49 hasta 1. Damos vueltas.
Damos vueltas y no hay nadie. Deambulamos y las baldosas se
mueven, deambulamos y las vainillas dejan su habitual
rectitud para hundirse o flamear como banderas. Es absurdo
buscar un bar abierto, es de día. Damos con el pool frente al
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