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La Guardería “Santa Ana”
Por: Teresa Silva Tello
n un terreno baldío, sin destino alguno, surge ños en nuestras manos, pero… ¿cómo cuidarlos, cómo
la Guardería… un hogar para niños necesitados alimentarlos?...¿Cómo, de donde? Una vez más la pro-
cuyas madres, no podían dedicarse por entero videncia hizo sentir su mano generosa. Las hermanas
Ea su cuidado porque su trabajo no se lo permi- Josefinas de la Caridad respondieron al llamado del P.
tía, situación que fue observada por el Padre Juan To- Juan para el cuidado de los pequeños. Ahora, tocaba
mis quien decidió darles la ayuda necesaria para que, buscar cómo alimentarlos. Un pequeño Wolkswagen
tanto las madres como los niños, fueran beneficiados recorría Chiclayo, visitando a personas que sin ningu-
con un hogar de protección y cariño. na publicidad y sin ruido alguno contribuían con no-
sotros con alimentos, tanto de sus empresas como de
La tarea no fue nada fácil, se debía comenzar desde sus negocios, y muchas veces de sus hogares. Nunca
gestionar la adjudicación del terreno ante la Munici- les faltó a los niños que comer, cuando veíamos que
palidad de Chiclayo. Gracias a Dios y guiados siempre para ese día no teníamos nada en la cocina, siempre,
por un ángel, tomamos contacto con personas que siempre hubo alguien que nos alcanzó algo para ellos
conocedoras del gran espíritu y labor del Padre Juan, y así los niños cantando y dando gracias a Dios, se sen-
encausaron los trámites y gestiones hasta lograr que taban alrededor de sus pequeñas mesitas y comían lo
el terreno le fuera otorgado, dando inicio a la gigan- que el cielo por intermedio de estas personas les había
tesca labor de lograr fondos para la construcción del mandado.
edificio.
Es hermoso recordar con regocijo, pena y alegría,
No teníamos grandes be- todo lo que se pudo hacer
neficiarios que con un solo para lograr que el sueño
aporte fuera posible por lo del Padre Juan Tomis se
menos iniciar la obra, pero hiciera realidad. El visitaba
si teníamos manos gene- cada mañana la Guardería,
rosas que, ladrillo a ladrillo se sentaba en una de las
contribuían a que este sue- pequeñas sillas de los ni-
ño se fuera realizando. Ri- ños y permitía que ellos lo
fas, donaciones, avant pre- abrazaran y jugaran con él,
miers y todo lo que pudiera como un buen padre hace
darnos algún beneficio o con sus hijos. Desde el cielo
favorecernos en algo lo hi- el Padre Juan sigue dando
cimos. Contamos siempre sus bendiciones a aquellos
con la presencia y aliento niños que hoy, ya mayores
del padre Juan que en todo y cada uno en su rumbo, no
momento estuvo a nuestro lado dándonos ánimo y no olvida a quien puso en su boquita unos granos de ali-
permitió que los contratiempos y vicisitudes de cada mento, que los tuvo en sus brazos y jugó como un ver-
actividad, trajeran por tierra nuestro entusiasmo. Al fin dadero padre, así como a quienes contribuyeron con
de cada jornada, al ver su resultado, que siempre fue esta obra, en una forma u otra, ganando un trocito de
positivo, todo el cansancio y temor quedaban atrás y cielo que algún día brillará como una estrella en sus
con las caras y manos llenas de cansancio nos confun- vidas.
díamos en un abrazo y reíamos al recordar las anéc-
dotas, miedos, chascos que por nuestra inexperiencia
pasábamos. Así se pudo ver realizado un sueño que
parecía imposible de concretarse y un 8 de setiembre
de 1985 con un grupo de 7 niños, se inauguró la Guar-
dería “Santa Ana”, ubicada en el P.J. “9 de Octubre”.
La construcción, por lo menos el primer piso estaba, la
inauguración se había dado, los niños acudían y cada
día aumentaba su número… era el momento de con-
seguir quien los cuidara y alimentarlos en las horas
que pasaban en la Guardería. Las madres de familia
no podían solventar este gasto y solo dejaban a sus ni-
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