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La Guardería “Santa Ana”



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                     n un terreno baldío, sin destino alguno, surge   ños en nuestras manos, pero… ¿cómo cuidarlos, cómo
                     la Guardería… un hogar para niños necesitados   alimentarlos?...¿Cómo, de donde? Una vez más la pro-
                     cuyas madres, no podían dedicarse por entero   videncia hizo sentir su mano generosa. Las hermanas
              Ea su cuidado porque su trabajo no se lo permi-  Josefinas de la Caridad respondieron al llamado del P.
              tía, situación que fue observada por el Padre Juan To-  Juan para el cuidado de los pequeños. Ahora, tocaba
              mis quien decidió darles la ayuda necesaria para que,   buscar cómo alimentarlos. Un pequeño Wolkswagen
              tanto las madres como los niños, fueran beneficiados   recorría Chiclayo, visitando a personas que sin ningu-
              con un hogar de protección y cariño.             na publicidad y sin ruido alguno contribuían con no-
                                                               sotros con alimentos, tanto de sus empresas como de
              La tarea no fue nada fácil, se debía comenzar desde   sus negocios, y muchas veces de sus hogares. Nunca
              gestionar la adjudicación del terreno ante la Munici-  les faltó a los niños que comer, cuando veíamos que
              palidad de Chiclayo. Gracias a Dios y guiados siempre   para ese día no teníamos nada en la cocina, siempre,
              por  un  ángel,  tomamos  contacto  con  personas  que   siempre hubo alguien que nos alcanzó algo para ellos
              conocedoras del gran espíritu y labor del Padre Juan,   y así los niños cantando y dando gracias a Dios, se sen-
              encausaron los trámites y gestiones hasta lograr que   taban alrededor de sus pequeñas mesitas y comían lo
              el terreno le fuera otorgado, dando inicio a la gigan-  que el cielo por intermedio de estas personas les había
              tesca labor de lograr fondos para la construcción del   mandado.
              edificio.
                                                               Es  hermoso  recordar  con  regocijo,  pena  y  alegría,
              No  teníamos  grandes  be-                                             todo lo que se pudo hacer
              neficiarios que con un solo                                            para  lograr  que  el  sueño
              aporte fuera posible por lo                                            del  Padre  Juan  Tomis  se
              menos iniciar la obra, pero                                            hiciera realidad. El visitaba
              si  teníamos  manos  gene-                                             cada mañana la Guardería,
              rosas que, ladrillo a ladrillo                                         se  sentaba  en  una  de  las
              contribuían a que este sue-                                            pequeñas  sillas  de  los  ni-
              ño  se  fuera  realizando.  Ri-                                        ños y permitía que ellos lo
              fas, donaciones, avant pre-                                            abrazaran y jugaran con él,
              miers y todo lo que pudiera                                            como un buen padre hace
              darnos  algún  beneficio  o                                            con sus hijos.  Desde el cielo
              favorecernos en algo lo hi-                                            el  Padre  Juan  sigue  dando
              cimos.  Contamos  siempre                                              sus bendiciones a aquellos
              con  la  presencia  y  aliento                                         niños que hoy, ya mayores
              del padre Juan que en todo                                             y cada uno en su rumbo, no
              momento estuvo a nuestro lado dándonos ánimo y no   olvida a quien puso en su boquita unos granos de ali-
              permitió que los  contratiempos y vicisitudes de cada   mento, que los tuvo en sus brazos y jugó como un ver-
              actividad, trajeran por tierra nuestro entusiasmo. Al fin   dadero padre, así como a quienes contribuyeron con
              de cada jornada, al ver su resultado, que siempre fue   esta obra, en una forma u otra, ganando un trocito de
              positivo, todo el cansancio y temor quedaban atrás y   cielo que algún día brillará como una estrella en sus
              con las caras y manos llenas de cansancio nos confun-  vidas.
              díamos en un abrazo y reíamos al recordar las anéc-
              dotas, miedos, chascos que por nuestra inexperiencia
              pasábamos. Así se pudo ver realizado un sueño que
              parecía imposible de concretarse y un 8 de setiembre
              de 1985 con un grupo de 7 niños, se inauguró la Guar-
              dería “Santa Ana”, ubicada en el P.J. “9 de Octubre”.

              La construcción, por lo menos el primer piso estaba, la
              inauguración se había dado, los niños acudían y cada
              día aumentaba su número… era el momento de con-
              seguir  quien  los  cuidara  y  alimentarlos  en  las  horas
              que pasaban en la Guardería. Las madres de familia
              no podían solventar este gasto y solo dejaban a sus ni-



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