Page 303 - El Señor de los Anillos
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ser tu compañero.
        —Yo te hubiera rogado que vinieras —dijo Frodo—, pero pensé que irías a
      Minas Tirith con Boromir.
        —Iré —dijo Aragorn—. Y la Espada Quebrada será forjada de nuevo antes
      que  yo  parta  para  la  guerra.  Pero  tu  camino  y  el  nuestro  corren  juntos  por
      muchos cientos de millas. Por lo tanto Boromir estará también en la Compañía.
      Es un hombre valiente.
        —Faltan todavía dos —dijo Elrond—. Lo pensaré. Quizás encuentre a alguien
      entre las gentes de la casa que me convenga mandar.
        —¡Pero  entonces  no  habrá  lugar  para  nosotros!  —exclamó  Pippin
      consternado—. No queremos quedarnos. Queremos ir con Frodo.
        —Eso es porque no entiendes y no alcanzas a imaginar lo que les espera dijo
      Elrond.
        —Tampoco Frodo —dijo Gandalf, apoyando inesperadamente a Pippin—. Ni
      ninguno de nosotros lo ve con claridad. Es cierto que si estos hobbits entendieran
      el peligro, no se atreverían a ir. Pero seguirían deseando ir, o atreviéndose a ir, y
      se  sentirían  avergonzados  e  infelices.  Creo,  Elrond,  que  en  este  asunto  sería
      mejor confiar en la amistad de estos hobbits que en nuestra sabiduría. Aunque
      eligieras para nosotros un Señor de los Elfos, como Glorfindel, los poderes que
      hay en él no alcanzarían para destruir la Torre Oscura ni abrirnos el camino que
      lleva al Fuego.
        —Hablas con gravedad —dijo Elrond—, pero no estoy seguro. La Comarca,
      presiento, no está libre ahora de peligros y había pensado enviar a estos dos de
      vuelta  como  mensajeros  y  para  que  trataran  allí  de  prevenir  a  la  gente,  de
      acuerdo  con  las  normas  del  país.  De  cualquier  modo  me  parece  que  el  más
      joven de los dos, Peregrin Tuk, tendría que quedarse. Me lo dice el corazón.
        —Entonces,  señor  Elrond,  tendrá  usted  que  encerrarme  en  prisión,  o
      mandarme  a  casa  metido  en  un  saco  —dijo  Pippin—.  Pues  de  otro  modo  yo
      seguiría a la Compañía.
        —Que sea así entonces. Irás —dijo Elrond y suspiró—. La cuenta de Nueve
      ya está completa. La Compañía partirá dentro de siete días.
      La Espada de Elendil fue forjada de nuevo por herreros élficos, que grabaron
      sobre la hoja el dibujo de siete estrellas, entre la Luna creciente y el Sol radiante,
      y  alrededor  trazaron  muchas  runas;  pues  Aragorn  hijo  de  Arathorn  iba  a  la
      guerra en las fronteras de Mordor. Muy brillante pareció la espada cuando estuvo
      otra vez completa; era roja a la luz del sol y fría a la luz de la luna y tenía un
      borde  duro  y  afilado.  Y  Aragorn  le  dio  un  nuevo  nombre  y  la  llamó  Andúril,
      Llama del Oeste.
        Aragorn y Gandalf paseaban juntos o se sentaban a hablar del camino y de
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