Page 1093 - El Señor de los Anillos
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fue más allá de la muerte, el miedo y el destino;
dejó atrás la ruina, y la vida, y entró en la larga gloria.
Pero Merry lloraba al pie del túmulo verde, y cuando la canción terminó, se
incorporó y gritó: ¡Théoden Rey! ¡Théoden Rey! Como un padre fuiste para mí,
por poco tiempo. ¡Adiós!
Terminados los funerales, cuando cesó el llanto de las mujeres y Théoden reposó
al fin en paz bajo el túmulo, la gente se reunió en el Palacio de Oro para el gran
festín y dejó de lado la tristeza; porque Théoden había vivido largos años y había
acabado sus días con tanta gloria como los más insignes de la estirpe. Y cuando
llegó la hora de beber en memoria de los reyes, como era costumbre en la
Marca, Eowyn Dama de Rohan se acercó a Eomer y le puso en la mano una
copa llena.
Entonces un hacedor versado en las tradiciones se levantó y fue enunciando
uno a uno y en orden los nombres de todos los Señores de la Marca: Eorl el
Joven; y Brego el Constructor del Palacio; y Aldor hermano de Baldor el
Infortunado; y Fréa, y Fréawine, y Goldwine, y Déor, y Gram; y Helm, el que
permaneció oculto en el Abismo de Helm cuando invadieron la Marca; y así
fueron nombrados todos los túmulos del ala occidental, pues en aquella época el
linaje se había interrumpido, y luego fueron enumerados los túmulos del ala
oriental: Fréalaf, hijo de la hermana de Helm, y Léof a, y Walda, y Polca, y
Flocwine, y Fengel y Thengel, y finalmente Théoden. Y cuando Théoden fue
nombrado, Eomer vació la copa. Eowyn pidió entonces a los servidores que
llenaran las copas, y todos los presentes se pusieron de pie y bebieron y
brindaron por el nuevo Rey, exclamando:
¡Salve, Eomer, Rey de la Marca!
Y más tarde, cuando ya la fiesta concluía, Eomer se levantó y dijo:
—Este es el festín funerario de Théoden Rey; pero antes de separarnos quiero
anunciaros una noticia feliz, pues sé que a él no le disgustaría que yo así lo
hiciera, ya que siempre fue un padre para Eowyn mi hermana. Escuchad, todos
mis invitados, noble y hermosa gente de numerosos reinos, como jamás se viera
antes congregada en este palacio: ¡Faramir, Senescal de Gondor y Príncipe de
Ithilien pide la mano de Eowyn Dama de Rohan, y ella se la concede de buen
grado! Y aquí mismo celebrarán la boda ante todos nosotros.
Y Faramir y Eowyn se adelantaron y se tomaron de la mano; y todos los
presentes brindaron por ellos y estaban contentos.
—De este modo —dijo Eomer— la amistad entre la Marca y Gondor queda
sellada con un nuevo vínculo, y esto me regocija todavía más.
—No eres avaro por cierto, Eomer —dijo Aragorn—, al dar así a Gondor lo
más hermoso de tu reino.