Page 60 - El Señor de los Anillos
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oí la extraña historia de Bilbo acerca de cómo lo había "ganado", y no pude
creerlo. Cuando al fin le saqué la verdad, entendí en seguida que había estado
defendiendo sus derechos al Anillo. Algo parecido a la explicación de Gollum:
"un regalo de cumpleaños". Las mentiras eran demasiado semejantes, a mi
juicio, y al fin entendí: el Anillo tenía un poder nocivo que actuaba
inmediatamente sobre su dueño. Fue para mí el primer aviso de que las cosas no
andaban bien. A menudo le dije a Bilbo que era mejor no usar esos Anillos. Pero
se ofendió y no tardó en enojarse. No había muchas otras cosas que yo pudiera
hacer. Era imposible quitárselo sin causarle un daño mayor y yo tampoco tenía
derecho a hacerlo, de todos modos. Sólo me restaba esperar y observar. Quizá
debía haber consultado a Saruman el Blanco, pero algo me detenía siempre.
—¿Quién es? —preguntó Frodo—. Nunca lo oí nombrar.
—Quizá no —respondió Gandalf—. Nunca tuvo ninguna relación con los
hobbits. Aunque es un grande entre los Sabios, el jefe de mi orden, el principal
del Concilio. Tiene profundos conocimientos y un orgullo que ha crecido a la par
y se toma a mal cualquier intrusión. Ha estudiado mucho la ciencia de los Anillos
de los elfos y ha buscado largo tiempo los secretos perdidos de la fabricación de
los Anillos; pero cuando se debatió el asunto en el Concilio lo que accedió a
revelarnos casi borró del todo mis temores. Mis dudas se echaron a dormir, pero
con un sueño intranquilo. Continué observando y esperando.
» Todo parecía desarrollarse normalmente con Bilbo; los años pasaron; sí,
pasaron y parecía que no lo tocaban. Bilbo no mostraba signos de vejez; la
sombra cayó sobre mí nuevamente, pero me dije: "Al fin y al cabo desciende
por línea materna de una familia de longevos; hay tiempo aún. ¡Espera!"
» Y esperé hasta la noche en que Bilbo dejó esta casa. Bilbo dijo e hizo cosas
entonces que me llenaron de un temor que ni las palabras de Saruman hubiesen
podido calmar. Supe así que algo oscuro y mortal estaba operando y me he
pasado la mayoría de estos años tratando de descubrir la verdad.
—No hubo ningún daño permanente, espero —inquirió Frodo con ansiedad—.
Se pondrá bien con el tiempo, ¿no es así? Quiero decir, podrá descansar en paz,
¿no es cierto?
—Se sintió mejor inmediatamente —contestó Gandalf—. Pero hay un Poder
en este mundo que lo sabe todo acerca de los Anillos y sus efectos y no hay
poder conocido que lo sepa todo respecto de los hobbits. Entre los Sabios soy el
único que estudia la ciencia hobbit: una oscura rama del conocimiento, pero
colmada de raras sorpresas. Hay hobbits blandos como manteca, y otros
resistentes como viejas raíces de árbol. Creo sinceramente que algunos podrían
resistir a los Anillos mucho más de lo que la mayoría de los Sabios supone. No te
preocupes por Bilbo.
» Por supuesto, tuvo el Anillo muchos años y lo usó; la influencia tardará
entonces algún tiempo en desaparecer, antes que pueda verlo de nuevo sin que le