Page 23 - III Concurso Literario
P. 23
CATEGORÍA: 4
DISTINCIÓN: 2° Premio
CUENTO: Emma y el rompecabezas mágico
SEUDÓNIMO: Dobby
AUTORA: María Florencia Moon
GRADO: 4ºB
Emma y el rompecabezas mágico
Había una vez una chica llamada Emma, de unos doce años, con el pelo castaño
que era un tono más oscuro que sus ojos. Emma estaba armando su rompecabezas
cuando escuchó un ruido proveniente de la cocina. Era su hermana Sofía.
- ¡Emma por favor vení que te estamos esperando hace media hora!
- En realidad serían quince minutos Sofi. -dijo Lucía, la hermana de Sofi y Emma.
- Bueno Sofi si esperaste media hora, ah cierto, bueno que disfrutes los próximos
quince minutos.
- Prepárate Lu porque te voy a enseñar cuándo tenés que hablar y cuando no.
- ¡Emma! ¡Vení que si no Sofi me mata! ¡Nadie te va a romper el rompecabezas!
- Está bien, está bien, guardo esto y voy…
- ¡¡¡Emma!!! -gritaron Lu y Sofi al unísono.
- Ya voy, ya voy, era solo una broma.
Unos minutos más tarde…
- ¿Sofi terminaste de comer?
- No Emma.
- ¿Sofi terminaste de comer?
- No Emma.
- ¿Sofi terminaste de comer?
- ¡No Emma, vas a tener que esperar!
- Si vas a armar ese rompecabezas andá, que no importa. -dijo Lu.
- ¡Gracias Lu, sos la mejor!
- Sofi, Lu, ¿alguna sabe dónde está el pegamento, que quiero pegar el
rompecabezas?
- ¡Pero si solo pasaron cinco minutos! -Dijo Lu con un tono de sorprendida
- Está en él mueble marrón. Tercer estante, del lado izquierdo. -dijo Sofi.
- Gracias Sofi -dijo Emma y salió corriendo al living de la casa.
Emma estaba pasando la mano ficha por ficha porque ninguna tenía que estar ni
muy levantada para arriba ni para abajo, ni muy torcida, ni mal colocada, que todas estén
en el lugar en el que tenían que estar. Entonces cuando pasaba la mano por segunda
vez, se dio cuenta de algo muy extraño, una ficha estaba unos centímetros más levantada
de lo que tenía que estar, pero la vez pasada no estaba levantada, entonces Emma trató
de alisarla, pero no pudo, entonces pensó: debe ser algún error voy a sacarla y volver a
ponerla, pero cuando lo levantó un poco se dio cuenta de algo muy extraño, ahí adentro
había un árbol las hojas se movían igual que cuando las mueve el viento. Emma sentía