Page 25 - III Concurso Literario
P. 25
3. Poner la llave en la puerta principal.
-¡Y ya seríamos libres! -dijo Tom mostrando en cada sílaba un tono más alegre-
Bueno, mejor te vas ahora así no volvés tarde.
- Hasta la próxima -dijo Emma.
- Suerte.
- Gracias.
Y, así Emma partió hacia el museo en donde ella supuso que se encontraría Fred.
Cuando Emma llegó encontró a Fred esperándolo en la puerta.
- Hola, buenas tardes señor -dijo Emma.
- Buenas tardes, pasa, pasa -y como si hubiese adivinado el pensamiento de
Emma dijo- la biblioteca está bajando las escaleras, primero tenés que girar a la izquierda,
después a la derecha, derecho, derecho y cuando llegas a la bifurcación, doblas a la
derecha y en la quinta puerta entras, ¿entendiste?
- Bajo las escaleras, giro a la izquierda después derecha sigo derecho, derecho,
en la bifurcación giro a la derecha y en la…
- Quinta.
- Si gracias, y en la quinta puerta…
- Entras.
- Sí, gracias.
- Ah, y, Emma, cuidado.
Unas horas más tarde…
- Emma, te aviso que tenés que decirle la contraseña a un troll y viajar en dragón.
Pero hay que tener cuidado porque leí en LAS NOTICIAS DE FIN, el nuevo diario que
salió, que los trolls están muy enojados últimamente y que los dragones son cada día más
peligrosos porque cuando los trolls se enojan generan un mal clima porque tienen el
poder de que si están enojados el resto están enojados.
- Bueno, quiero entrar en la bóveda 888, por favor -dijo Emma dirigiéndose hacia
un pequeño troll. Pero el troll se quedó esperando y esperando hasta que al fin se cansó
de esperar y dijo: -La contraseña por favor.
- Cierto, es...249032697518.
- Síganme por favor -dijo el troll -Mi nombre es Bert.
- Mi nombre es Emma y él se llama
- Tom, ya lo sé -respondió Bert.
Emma, Tom y Bert se subieron a un dragón que era bastante pequeño. Y un
segundo después de que Tom se terminase de subir el dragón desplegó sus alas y salió
disparado hacia arriba. Emma no podía ver nada, hasta que notó que empezaba a
disminuir la velocidad y de repente el dragón aterrizó del lado derecho. Emma entró en la
bóveda y se encontró con dos llaves. Una era diminuta y la otra de un tamaño
relativamente normal. Emma, después de dudar por doce minutos decidió que agarraría la
que tenía un tamaño normal. Salió de la bóveda y Bert le preguntó:
- ¿Querés ir a tu bóveda?-
- ¡Sí! -dijo Emma entusiasmada por ver su propia bóveda.
Cuando llegaron Emma solo encontró una simple piedra, pero Tom y Bert le
explicaron que esa era la Piedra de los Deseos, esa piedra le podía conceder cualquier
deseo a su dueño o dueña. Emma, Tom, Bert y Fred fueron a la puerta principal donde
Emma logró abrir la puerta y después de dudar si quedarse en Fin o no decidió que se iba
a ir a Buenos Aires con sus hermanas pero que no iba a pegar el rompecabezas para
poder visitar a Tom, Fred y Bert. Emma cuando llegó escuchó a Lu que le decía: