Page 121 - Casados o Cansados
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para solucionar el problema? ¿De lado de quién debemos estar, de
nuestros padres que nos criaron, nos mantuvieron y nos entregaron su
vida o de nuestra pareja, a quien elegimos como compañera para
compartir el día a día durante toda la vida?
Por supuesto que cada caso deberá analizarse separadamente
investigándole a fondo, pero, en general, la respuesta sería la
siguiente: la Torá nos ordenó respetar y honrar a nuestros padres y esa
Mitzvá es muy importante y debemos esforzarnos en cumplirla por
todos los medios. No obstante, la misma Torá nos ordenó que cuando
una persona llegue a casarse, los padres pasarán a segundo plano “al
quen yaazob ish et aviv veet imo vedabak beishto” ( “por lo tanto
abandonará el hombre a sus padres y se unirá a su pareja” ) ( Bereshit
2.24). Observen que la Torá usó una palabra muy fuerte
(abandonará) para señalarnos que en casos extremos donde debido a
la difícil situación planteada entre los padres y la pareja es necesario
abandonar la voluntad de aquellos complaciendo a nuestra pareja, ya
que los padres son el pasado y la pareja es el presente y el futuro.
Quizás si me aferro al pasado, ni mis padres ni yo tendremos futuro por
culpa del divorcio que eso puede causar. Un ejemplo: si mis padres
quieren que vaya a pasar la Pascua con ellos y mi pareja por una razón
u otra prefiere que nos quedemos en nuestra casa, si después de mucho
esfuerzo por encontrar una salida al problema no lo logramos,
deberemos complacer a nuestra pareja y no a nuestros padres. Y eso
también los suegros lo tienen que entender, ya que la felicidad de sus
hijos es su propia felicidad y el buen ambiente en sus hogares los
ayudará a educar con más facilidad a la futura generación.
“Cuentan que había un yerno que no soportaba a su suegra pero cuando ella
falleció no paraba de llorar, lo cual sorprendió a muchos, entre ellos al rabino,
quien sorprendido, se acercó para consolarle y le dijo: –“no llores, pronto vendrá
el Mashiaj y todos los muertos resucitarán”. A lo que el yerno contestó: – “por eso
justamente estoy llorando”.