Page 117 - Casados o Cansados
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MI QUERIDA SUEGRA


                        En  el  capítulo  anterior  hablamos  de  cómo  debe  la  pareja
                        comportarse con los suegros, y en este capítulo hablaremos cómo deben
                        de comportarse los suegros, y en especial,  la suegra, con los yernos y
                                                                                               las nueras.

                        Quien me conoce sabe que este es mi capítulo favorito, así que
                        voy a pedir a todas las suegras que no se enojen conmigo, ya que si
                        ustedes no son entrometidas, podrán pasar al capítulo siguiente, pero si
                        creen en su subconsciente que a veces “meten la pata”, es importante
                        que lean este capítulo. Todos estamos de acuerdo que cuando la suegra
                        se inmiscuye en la vida de la pareja no es por maldad  (eso espero) sino
                        que  simplemente  ella  fue  la  que  sudó  en  criar  al  hijo  o  la  hija  y,  de
                        repente, llega un extraño, se adueña de ella y se la lleva a otro hogar.
                        Por lógica, la preocupación de mami siempre le hará preguntarse: "¿le
                        faltará algo, será feliz en su nueva vida, podré yo ayudar en algo?” Y
                        ese  exceso de amor y preocupación es  el que causa lamentablemente
                        muchos problemas que a veces terminan en divorcio. Por ejemplo, una
                        madre llama a su hijo después de la boda y le pregunta: -“hijo, ¿qué está
                        pasando  que  cada  día  te  veo  más  delgado?,  ¿quieres  que  vaya  a
                        cocinarte  o  prefieres  venir  a  comer  tu  plato  favorito?”  Quizá  ella  lo
                        hace por el bien del hijo, pero sin querer queriendo  ella le transmite a
                        él, el siguiente mensaje: tu esposa no te trata como yo te trataba, por
                        supuesto  que  ella  no  cocina  tan  rico  como  yo,  yo  te  hice  una  flor  y
                        desde que te casaste  te estás marchitando. O cuando una madre llama a
                        su hija y le pregunta: -"dime ¿te da él dinero para gastar?  ¿Por qué tu
                        marido    siempre    llega  tarde  en  la  noche?  y  ¿qué  te  pasa  que
                        últimamente  te  veo  triste?",  etc.    No  dudo  que  la  madre  lo  hace  por
                        preocupación  hacia  su  querida  hijita  y  lo  único  que  ella  quiere  es  su
                        felicidad, pero preguntas como esas se pueden traducir en la mente de la
                        hija  como:  “¡cuando  vivía  con  mi  madre  era  alegre  y  feliz  y  no  me
                        faltaba  nada,  pero  desde  que  me  casé  con  esta  caja  fuerte    las  cosas

                                                                                             cambiaron!”.

                        En  casos  como  los  anteriormente  mencionados  o  similares,
                        causamos  que  el  hogar  de  nuestros  hijos  se  compare  a  una  montaña
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