Page 113 - Casados o Cansados
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Cuentan que una vez en una ciudad de ingenuos, una pareja adquirió por
primera vez en el pueblo, un armario que incluía un espejo en la puerta interior del
mismo. La mujer cuando abrió la puerta del armario se vio reflejada en él y pensó
que había una mujer extraña escondida ahí, salió corriendo para quejarse al rabino
sobre su esposo. Al mismo tiempo que ella salía, entró a la casa el marido, abrió el
armario y se asombró en descubrir que había un "extraño" dentro y también corrió
al rabino para acusar a su mujer. El rabino no logró entender lo que pasaba y
decidió ir a ver con sus propios ojos quien se escondía dentro del armario, un
hombre o una mujer. Al abrir la puerta y observar el espejo se enfureció y
regañando a la pareja les dijo: “¿no les da vergüenza, teniendo un rabino aquí me
tuvieron que molestar a mi?”
Los familiares no deben inmiscuirse y en caso que no lo entiendan así y se
involucren en nuestra vida privada, la tarea de la pareja es que cada uno mantenga
al margen a sus familiares, con mucha amabilidad y política. Sin pelear con nadie
debemos hacerles entender que aunque tengan la buena intención de ayudar,
causan más perjuicios que beneficios. Pero para llegar a este punto, es importante
sentir el dolor del otro y entender que si mi pareja se siente mal por las palabras
que le dice mi hermana o mi madre, es lógico que yo no vea nada de malo en eso
porque son mi carne y mi sangre, pero basta con que mi pareja diga que se siente
mal para que yo salga en su defensa y aleje a mis familiares involucrados, ya que si
fuera mi propia pareja la que los alejara, de seguro provocaría una pelea en la