Page 109 - Casados o Cansados
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Así mismo, si una mujer observa que el marido se levanta cada
día muy tarde y le regaña gritándole, insultándolo o retirándole la
almohada o la cobija, no percibirá ningún progreso sino al contrario,
normalmente eso no ayuda, al contrario, eso causará tensión y disputas
en la casa. No obstante, si se le acerca con cariño y pronuncia palabras
dulces y seguidamente le pide que por favor se levante temprano por las
mañanas ya que necesita de su ayuda pues solamente cuenta con él,
existen muchas probabilidades de que sus palabras sean aceptadas y se
produzca el cambio deseado.
En conclusión, vemos que el elogio y las palabra motivantes dan
fuerzas, animan, unen y acercan los corazones, de manera que debemos
procurar elogiar continuamente al compañero expresándole palabras
agradables y alabanzas por cada pequeño detalle que haya hecho, al
igual que a nuestros hijos, incluso cuando vengan con una mala nota del
colegio no le humillaremos llamándole tonto, torpe, incapaz sino, al
contrario, debemos incentivarlo para proporcionarle la fuerza
emocional que necesita para superarse. También en la sociedad que nos
rodea si queremos ser un pueblo unido, los hombres debemos elogiar a
nuestros amigos y las mujeres a sus amigas, ya que el elogio une y el
reproche separa.
“Cuentan que una vez una mujer se encontró con su amiga y le preguntó: -
“¿de dónde vienes?” La amiga con mucho orgullo y desdén le contestó que acaba
de venir de la peluquería, -“¿y que pasó?” preguntó la amiga, -“¿estaba cerrada?”.
La ley dice “amarás al prójimo como a ti mismo”, es decir, lo que te gusta
que te hagan a ti hazlo al otro, por lo tanto de la misma manera que nos gusta ser
tratados así debemos aprender a tratar a los demás.