Page 106 - Casados o Cansados
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trajeron esta semana, los cuales responden a los padres que todo es
gracias a la dedicación de ellos. Esa familia, a través de los
reconocimientos recíprocos estará muy unida.
El elogio se compara a la comida y lamentablemente si no hay
comida en la casa, la gente sale a comer a la calle, de igual modo si no
hay elogios en la casa, uno los busca afuera, lo que causará el
acercamiento con extraños siendo ese el comienzo del distanciamiento
y la separación, ya que la compañía agradable está afuera y no en casa.
Ese es uno de los motivos de la triste asimilación, cuando
muchos jóvenes que no son fácilmente aceptados en la comunidad,
reciben de pronto elogios y piropos de una gentil que les hace sentir que
son los reyes del mundo conquistando su corazón dejando de lado
familia, religión, principios; sólo cuenta una cosa: sentirse querido y
valorado. Lo que ellos no saben es que esa situación es pasajera y
cuando se acaben los elogios se encontrará en un laberinto sin salida.
También ese es el motivo de la infidelidad, cuando uno recibe de
afuera lo que no recibe en la casa. Por eso según nuestra ley, está
prohibido que un hombre elogie a una mujer que no es su esposa y a
una mujer elogiar a un hombre extraño, ya que los elogios crean
vínculos que unen corazones; las palabras dulces guárdalas para tu
esposa o tu esposo únicamente.
Nuestros sabios nos relataron una historia sorprendente que nos
deja una gran moraleja sobre el Gran Rabi Meir Baal Hanes y su
esposa Bruria que era una mujer muy especial, sabia y santa hasta tal
punto que era la única que corregía a todos los grandes rabinos de la
generación. Relata el Zohar que una vez se cruzó con Rabi Yosi el cual
le preguntó: -“por favor, ¿me podrías decir cómo puedo llegar por el
camino más corto a la ciudad de Lod?” Ella, en vez de contestarle, le
llamó la atención por la larga conversación que entabló con ella, -
“deberías haber preguntado simplemente: ¿dónde está Lod?” Así era
Bruria, pero la Guemará nos cuenta que una vez llegó su marido Rabi
Meir a su casa y ella, como todos los días, le preguntó: -“¿de qué trató
el estudio de hoy?” El le contestó: -“hoy analizamos que también las
mujeres son débiles ante los elogios de extraños hasta el punto de llegar
a la traición”. Bruria no aceptó el argumento y le dijo que esta vez los
sabios se habían equivocado. Rabi Meir quiso demostrarle que él tenía