Page 108 - Casados o Cansados
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Preguntan los comentaristas sobre este versículo: ¿cómo puede ser que
                        el Rey Salomón nos diga que no reprochemos al burlón que se mofa de

                        las leyes de los sabios, si aquel es el primero al que hay que corregir?
                        Y, sin embargo, al sabio que se supone sabe mucho y las cumple nos
                        dice el Rey Salomón que  le reprochemos porque nos amará por ello,
                        cuando en realidad no necesita recibir reproche alguno. La explicación
                        la  obtendremos  si  leemos  el  versículo  correctamente,  ya  que  lo  que
                        quiso  decir  el  Rey  Salomón  es  que  cuando  vayamos  a  reprochar  a
                        alguien, no le humillemos llamándole burlón,  malvado,  tonto, ya que
                        de esa forma nos odiará y no querrá escucharnos, pues la humillación
                        distancia a las personas creando resentimiento entre ellas. En cambio, si
                        le  reprochamos  de  buena  manera,  dirigiéndonos  a  él  como  a  un
                        interlocutor  inteligente, sabio, culto él nos amará ya que si antes del
                        reproche  unimos  los  corazones  de  ambos  a  través  de  elogios
                        demostrando que lo valoramos y por lo tanto, deseamos ayudarle, no
                        atacarle,  de  ese  modo  el  reproche  se  recibirá  con  entendimiento  y
                                                                                               aceptación.

                        Hay  rabinos  cuya  forma  de  reprochar  es  siempre  humillando,
                        juzgando, criticando,  tratando a todos de malvados y que el infierno
                        será su destino, lo cual por lógica causa  alejamiento y resentimiento
                        hacia  el  Judaísmo.  Indudablemente,  si  nos  acercamos  al  público
                        valorándolo no sólo con palabras que salgan de nuestro corazón, sino
                        que propiciamos un acercamiento ya que comprendemos su posición,

                                          nuestras palabras penetraran causando un efecto positivo.

                        En la relación de pareja es lo mismo, si a un marido le tocó una
                        mujer  nerviosa  y  él  piensa  que  puede  corregirla  diciéndole:  "¡es  que
                        eres una loca, necesitas un sicólogo, hay que llevarte a un manicomio,
                        porque  no  tomas  pastillas!",  eso  jamás  ayudará,  al  contrario,  la
                        enfurecerá más todavía. Sin embargo, si él un día llega a casa, la invita
                        a  salir  y  le  cuenta  que  durante  el  rezo  de  hoy  agradeció  a  D-os  por
                        premiarlo  con  una  mujer  virtuosa  como  ella,    ya  que  es  una  esposa
                        maravillosa y madre ejemplar, pero que "es una lástima que, a veces, se
                        ponga brava y que si lograra trabajar esa debilidad ¡sería el hombre más
                        feliz del mundo!". Seguramente de esa manera si obtendría un cambio
                        significativo por parte de ella que con la otra actitud nunca se hubiera

                                                                                          llevado acabo.
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