Page 112 - Casados o Cansados
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Ya que estos casos son frecuentes y comunes dedicaremos este capítulo para
analizar qué se debe hacer, quién tiene la obligación de actuar y de qué forma
lograr mantener la paz.
En primer lugar debemos saber que lo más importante es la paz interna y
que la pareja debe estar muy unida, tal cual dice la Torá: “ve jayu lebasar ejad”
(“y serán como una sola carne”), como cuentan sobre el Rabino Levin quien una
vez fue con su esposa al doctor y le dijo: “doctor, nos duele la pierna de mi mujer”.
Es decir, que el dolor, los problemas y las angustias del otro, son las mías
también. Y los problemas que tengamos los resolveremos juntos sin intromisiones
de terceros, como lo insinúa la palabra casados (casa de dos, y no de cuatro, ocho
o diez. Nadie en el mundo tiene el derecho de meterse en la vida privada de una
pareja.
En la mayoría de los casos los entrometidos lo hacen con muy buena
intención de ayudar, aconsejar, apoyar y evitar discusiones, pero hay una regla que
dice que nunca un familiar cercano podrá arreglar problemas de la pareja, porque
quiera o no, se parcializará por uno de los dos, lo cual el otro miembro de la
pareja lo interpretará como un ataque familiar en su contra, y entonces involucrará
a sus cercanos para que, a su vez, lo defiendan a él. Si hay problemas en el
matrimonio de nuestros hijos, hermanos o hermanas, no somos nosotros los
indicados para ayudar sino que hay que buscar a un rabino que asuma una
posición objetiva para que realmente pueda servir de ayuda.