Page 102 - Casados o Cansados
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es lo que se lleva ahora, por lo tanto, debemos gastar dinero, cambiar el

                        vestuario para que los demás nos vean como modernos y no anticuados.



                               0bserven la cara de una persona cuando la elogiamos por el traje


                        que lleva, aproxímense a un señor un mes después que hizo una fiesta
                        de Bar Mitzva y díganle que ¡fue la fiesta del año! y observarán  en el


                        brillo  de  sus  ojos  una  expresión  de  satisfacción:  “valió  la  pena  la
                        inversión  y  todo  el  esfuerzo  para  escuchar  estas  palabras  de  elogio”.


                        Imagínense a aquel que se esforzó y gastando mucho dinero y nadie le

                        extendió  una  palabra  de  reconocimiento,  ¡qué  angustiante  debe  ser!

                        Todos buscamos elogios, tanto los hombres como las mujeres.



                               Cuentan  que  una  vez  un  rabino  preguntó  a  un  miembro  de  la

                        sinagoga: -“¿cómo se siente tu esposa?” –“muy bien, gracias a Dios,

                        ¿por  qué  pregunta  rabino?”  –  “porque  me  contó  mi  esposa  que  la

                        noche  de  Shabat  se  sentó  en  la  azará  y  no  paraba  de  toser”.  –“Ay,

                        rabino, ustedes no la entendieron, le compré un anillo de diamantes y

                        nadie se dio cuenta”.





                                                                         EL ELOGIO DA FUERZAS

                        Todos  sabemos  que  en  un  partido  de  fútbol  cuando  nuestro
                        equipo va perdiendo y sus integrantes están cansados, desmoralizados,
                        solamente a través del publico espectador se podrá cambiar la situación
                        con sus gritos de aliento y aplausos que se traducen en ánimo y elogio a
                        los jugadores, lo cual les proporcionará fuerzas y empuje para conseguir
                        la victoria. En el salón de clase sucede lo mismo, si el maestro(a) ve a
                        los  alumnos  cansados  o  desanimados  en  la  realización  de  alguna
                        actividad  y,  en  vez  de  regañar  y  humillar,  los  estimula  e  incentiva,
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