Page 140 - Casados o Cansados
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La mujer cuyo nivel espiritual es más alto que el del hombre, tal  cual


                            explicamos en la introducción, alcanza por su cercanía a D-os, niveles de pureza

                         superiores, por lo tanto, en la parte negativa que es la impureza también se proyecta


                          proporcionalmente. Y al finalizar esos días de impureza a través del Mikve, vuelve

                           a alcanzar el nivel altísimo de pureza preparándose para transmitir a su esposo esa


                          santidad y juntos reúnen las condiciones ideales para la formación de la generación

                                   venidera que desde un comienzo se estará formando con pureza y santidad.



                        Dichosa la mujer cuyo hogar es como un templo donde ella actúa
                        como el sumo sacerdote que se sumergía cada ocasión requerida para
                        mantener su santidad y la santidad del hogar de D-os, logrando así que
                        todos los servicios y los sacrificios, los doce panes que se servían sobre
                        la mesa, el candelabro de los siete brazos, etc. que todo se realizara con
                        pureza. Así mismo ella mantiene su pequeño templo con los panes y la
                        comida en su hogar, con las velas del Shabat y la luz celestial que ella
                        irradia en su casa, logrando así que de la misma forma que las tefilot del
                        Sumo  Sacerdote  se  elevaban  al  trono  celestial  desde  el  lugar  más
                        sagrado,  así también se escucharán con el favor de D-os, las plegarias
                                                     de todas las mujeres puras del Pueblo de Israel.

                                             4 .  y  5 .  La mujer es el alma y el hombre es el cuerpo  .

                        La mujer refleja todo lo oculto y el hombre todo lo revelado, por
                        lo tanto la mujer es el cielo y el hombre la tierra, la mujer es el alma y
                        el  hombre es el cuerpo, la mujer humilde y recatada, y el hombre es
                        todo  lo  contrario,  ella  es  ministro  del  interior  y  él  es  ministro  del
                                                                                                 exterior.

                        Por lo tanto, en una sinagoga se establece una separación entre
                        ambos, donde la “azará” (el lugar donde se sientan las mujeres) refleja

                        la parte del alma y el lugar de los hombres refleja la tierra, el cuerpo. Y
                        por  eso  la  azará  debe  ser  cubierta,  manteniendo  así  el  respeto  a  las
                                                         mujeres y la concentración para los hombres.
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