Page 84 - Casados o Cansados
P. 84

dijeron  nuestros  sabios:  "  o  jabruta  o  mituta"  ("o  compañero  de
                        discusión o la muerte"), ya que sin discutir nunca se llega a la verdad.


                                En la época del Sanedrín (la gran asamblea) cuando se sentaban
                        los setenta y uno jueces a analizar un caso grave, la decisión se tomaba
                        por mayoría. Por ejemplo, si la mayoría decidía que el sospechoso era
                        culpable de asesinato y la minoría lo había calificado de inocente, se le
                        condenaba. Pero si los setenta y un jueces por unanimidad decidían que
                        era  culpable,  el  sospechoso  quedaba  libre  ya  que  no  había  discusión,
                        por  lo  tanto  no  podemos  estar  seguros  que  se  analizó  su  caso  de  la
                        forma debida y que llegaron a la decisión correcta.

                                Entre  la  pareja  es  igual,  sin  la  discusión  nunca  mejoraremos
                        nuestras cualidades ni alcanzaremos la verdad y debemos saber que la
                        discusión es constructiva ya que en ella cada uno aporta su punto de
                        vista y exterioriza su forma de ver las cosas permitiendo que nuestro
                        criterio pueda darle cabida al criterio del otro ampliando nuestra visión
                        acerca de determinada situación, contemplando la forma de pensar de
                        nuestro  compañero,  sus  sentimientos  y  expectativas.  Sólo  ejercitando
                        nuestra capacidad de comprensión y sensibilizándonos  hacia la realidad
                        y las necesidades del otro podremos obtener un aprendizaje profundo de
                        lo que es la convivencia en pareja. Ese es el motivo por el cual D-os nos
                        creó tan diferentes.


                        3) ¿CÓMO SE DISCUTE?

                                El problema es que nosotros no sabemos llevar una discusión y
                        rápidamente la convertimos en una pelea. En verdad la línea que existe
                        entre  la  discusión  y  la  pelea  es  muy  tenue  y  con  mucha  facilidad
                        podemos  traspasarla  a  menos  que  sepamos  respetar    las  reglas  del
                        juego.

                                Cuando  discutimos,  partimos  de  la  suposición  de  que  nosotros
                        tenemos la razón y la pareja también piensa lo mismo. Cada uno se cree
                        el dueño de la verdad aunque opine de forma opuesta. Entonces, ¿Quién
                        es el dueño de la verdad? La respuesta la encontraremos si analizamos
                        la palabra "emet"  que en hebreo significa "verdad".
   79   80   81   82   83   84   85   86   87   88   89