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1ro Secundaria Religion 2018.qxp_2015  28/02/20  12:49  Página 134





             qÉñíçë=Ä∞ÄäáÅçë                                            La Creación


             bå=ä~ë=é•Öáå~ë=ëáÖìáÉåíÉë=ëÉ=êÉéêçÇìÅÉ=ìå~=ëÉêáÉ=ÇÉ=íÉñíçë=Ä∞J  Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe;
             ÄäáÅçë=åÉÅÉë~êáçë=é~ê~=íê~Ä~à~ê=ä~ë=~ÅíáîáÇ~ÇÉë=ÇÉ=ä~ë=ÇáîÉêë~ë  sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía
             ìåáÇ~ÇÉëK=pìÖÉêáãçë=èìÉ=äçë=~äìãåçë=ÄìëèìÉå=äçë=íÉñíçë=Éå  sobre la faz de las aguas. Dijo Dios:
                                                                        —Que exista la luz.
             ä~=_áÄäá~ Ôç=~ä=ãÉåçë=Éå=ìå~=ÉÇáÅáµå=ÇÉä=kìÉîç=qÉëí~ãÉåíçI  Y la luz existió. Vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de
             ÇÉ=ÇçåÇÉ=éêçÅÉÇÉ=ä~=ã~óçê∞~=ÇÉ=Åáí~ëÔI=éÉêç=äçë=êÉéêçÇìÅáJ  la tiniebla: llamó Dios a la luz «día», y a la tiniebla «noche». Pasó una
             ãçë=~èì∞=é~ê~=Ñ~Åáäáí~ê=ä~=í~êÉ~=Éå=Éä=Å~ëç=ÇÉ=èìÉ=Ü~ó~=~äÖìå~  tarde, pasó una mañana: el día primero.
             ÇáÑáÅìäí~Ç=é~ê~=äçÅ~äáò~ê=ä~ë=Åáí~ëK=                      Y dijo Dios:
                                                                        —Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de
                                                                        aguas.
               La vocación de Abrahán                                   E hizo Dios la bóveda para separar las aguas de debajo de la bóveda,
                                                                        de las aguas de encima de la bóveda. Y así fue. Y llamó Dios a la
                                                                        bóveda «cielo». Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo.
               El Señor dijo a Abrahán:                                 Y dijo Dios:
               —Sal de tu tierra nativa y de la casa de tu              —Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, y que
               padre, a la tierra que te mostraré. Haré de
                                                                        aparezcan los continentes.
               ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso
                                                                        Y así fue. Y llamó Dios a los continentes «tierra», y a la masa de las
               tu nombre, y servirá de bendición. Bendeciré             aguas la llamó «mar». Y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios:
               a los que te bendigan, maldeciré a los que               —Verde la tierra hierba verde que engendre semilla y árboles frutales
               te maldigan. Con tu nombre se bendecirán                 que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra.
               todas las familias del mundo.
                                                                        Y así fue. La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según
               Abrahán marchó, como le había dicho el Señor, y con él marchó
                                                                        su  especie,  y  árboles  que  daban  fruto  y  llevaban  semilla
               Lot. Abrahán tenía setenta y cinco años cuando salió de Jarán. Llevó
               consigo a Sara, su mujer; a Lot, su sobrino; todo lo que había ad-  según su especie. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó
               quirido y todos los esclavos que había ganado en Jarán. Salieron  una mañana: el día tercero.
               en dirección de Canaán y llegaron a la tierra de Canaán.  Y dijo Dios:
                                                                        —Que existan lumbreras en la bóveda del cielo para separar el día
               Abrahán atravesó el país hasta la región de Siquén y llegó a la encina
                                                                        de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años; y sirvan de
               de Moré (en aquel tiempo habitaban allí los cananeos). El Señor se
               apareció a Abrahán y le dijo:                            lumbreras en la bóveda del cielo para alumbrar a la tierra. Y así fue.
               —A tu descendencia le daré esta tierra.                  E hizo Dios las dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir
               Él construyó allí un altar en honor del Señor, que se le había aparecido.  el día, la lumbrera menor para regir la noche, y las estrellas. Y las
                                                                        puso Dios en la bóveda del cielo para dar luz sobre la tierra; para
               Desde allí continuó hacia las montañas al este de Betel, y plantó allí
                                                                        regir el día y la noche, para separar la luz de la tiniebla. Y vio Dios
               su tienda, con Betel a poniente y Ay a levante; construyó allí un altar
               al Señor e invocó el nombre del Señor.                   que era bueno.
               Abrahán se trasladó por etapas al Negueb. Pero sobrevino una ca-                                    Gn 1, 1-18
               restía en el país y, como el hambre apretaba, Abrahán bajó a Egipto
               para residir allí.
                                                         Gn 12, 1-10
                                             z Unidad 6, pág. 89, act. 15                             z Unidad 1, pág. 19, act. 19



               El hijo pródigo                                         un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero cebado

                                                                       y mátenlo. Celebremos un banquete. Porque este hijo mío estaba
               Un hombre tenía dos hijos. El menor dijo al padre: «Padre, dame la  muerto y ha revivido, se había perdido y ha sido encontrado». Y em-
               parte de la fortuna que me corresponde». Él les repartió los bienes.  pezaron la fiesta.
               A los pocos días el hijo menor reunió todo y emigró a un país lejano,  El hijo mayor estaba en el campo. Cuando se acercaba a casa, oyó
               donde derrochó su fortuna viviendo como un libertino. Cuando gastó  música y danzas y llamó a uno de los mozos para informarse de lo que
               todo, sobrevino una carestía grave en aquel país, y empezó a pasar  pasaba. Le contestó: «Es que ha venido tu hermano y tu padre ha ma-
               necesidad. Fue y se comprometió con un hacendado del país, el cual  tado el ternero cebado, porque lo ha recobrado sano y salvo». Irritado,
               lo envió a sus campos a cuidar cerdos. Deseaba llenarse el estómago  se negaba a entrar. Salió su padre a exhortarlo. Pero él respondió a
               de las bellotas que comían los puercos, pero nadie se las daba.  su padre: «Mira, tantos años llevo sirviéndote, sin desobedecer una
               Entonces, recapacitando, pensó: «A cuántos jornaleros de mi padre  orden tuya, y nunca me has dado un cabrito para comérmelo con mis
               les sobra el pan mientras yo me muero de hambre. Me pondré en ca-  amigos. Pero, cuando ha llegado ese hijo tuyo, que se ha comido tu
               mino a casa de mi padre y le diré: he pecado contra Dios y te he ofen-  fortuna con prostitutas, has matado para él el ternero cebado». Le con-
               dido; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Trátame como a uno de tus  testó: «Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. Había
               jornaleros». Y se puso en camino a casa de su padre. Estaba aún dis-  que hacer fiesta porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido,
               tante, cuando su padre lo divisó y se enterneció. Corriendo, se le echó  se había perdido y ha sido encontrado».
               al cuello y le besó. El hijo le dijo: «Padre, he pecado contra Dios y te                           Lc 15, 11-32
               he ofendido, ya no merezco llamarme hijo tuyo». Pero el padre dijo a
               los criados: «Enseguida, traigan el mejor vestido y pónganselo; pónganle
                                                                                  z Unidad 6, pág. 90, act. 16; unidad 4, pág. 57, act. 3



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