Page 7 - Gratitud y educación
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                  aplicaciones que te lo facilitan. Para mí, una lista escrita es más útil que
                  una lista mental.
                      También, para aquellos con los que no funcionaba el diario de gra-
                  titud, pudimos encontrar otras actividades que se ajustasen mejor a su
                  personalidad, como expresar la gratitud verbal o visualmente. Al hacerlo
                  de ese modo, también pudieron disfrutar de los beneficios de la gratitud.
                         Muestra gratuita
                  Por lo tanto, no te rindas si una actividad determinada no te funciona.


                  Mi amigo Eduardo

                      Cuando le dije a mi buen amigo Eduardo que estaba escribiendo este
                  libro, me preguntó si iba a usar su historia de gratitud. Es una historia pre-
                  ciosa que muestra cómo se puede aplicar la gratitud en cualquier situación.




                     Ed viaja mucho a causa de su trabajo. En medio del calor opresivo del
                     verano en Luisiana, tuvo un pinchazo. No tenía rueda de repuesto, así que
                     usó su teléfono móvil para pedir ayuda. Hacía mucho calor, unos cuaren-
                     ta grados, y la humedad añadía una pegajosidad incómoda a un día ya
                     miserable. Al volver a su camioneta, descubrió que el aire acondicionado
                     tampoco funcionaba.
                     Entonces me llamó, diciéndome que su camioneta se había estropeado,
                     que estaba sofocado, el aire acondicionado no funcionaba, llegaba tarde a
                     su cita, su camisa estaba empapada de sudor, y que acababa de llegar un
                     tipo con una llanta nueva para reparar su camioneta.
                     Respondí: «¿Por qué no haces una lista de agradecimiento? Comienza por
                     ese tipo que te está arreglando el pinchazo. Dijo: «Muchas gracias», se
                     recostó en su asiento, sudando, pensando que era una llamada telefónica
                     perdida. ¿Cómo podría alguien estar agradecido cuando su vehículo se ha-
                     bía estropeado, llegaba tarde a una reunión de negocios y la temperatura
                     había pasado de cuarenta grados?
                     Sorprendentemente, más tarde me dijo que había hecho mentalmente una
                     lista rápida de gratitud, y que había funcionado. Se dio cuenta de que, en
                     realidad, estas cosas eran inconvenientes menores. Lentamente, se dio cuenta
                     de que tenía un automóvil y mucha gente no. Tenía un buen trabajo, cuando
                     otros luchaban con el desempleo, y había recibido la ayuda de un amable
                     señor para solucionar su problema. Después de arreglar el neumático, se
                     secó la camisa y llegó a su cita con una sonrisa. La gratitud le salvó el día.




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