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Jesús es la más conocida, pero no única), más de mil quinientos casos de hechos modernos y una interesante perspectiva
           desde la experiencia de quienes conocemos en carne propia los efectos piramidales. Veamos: La muerte no es otra cosa
           que el truncamiento de un proceso vital, la drástica o lenta degeneración física, producto de la enfermedad, en especial de
           una que aunque generalizada en todo lo que conocemos, no es más que una cuestión patológica, llamada vejez, o en la
           terminología  médica,  "gerontotemia".  Generalizada  en  la  naturaleza  de  la  superficie  externa  de  este  planeta,  si,  pero
           tengamos en cuenta que no conocemos ni el interior del mismo (a pesar de las teorías de tierra maciza, que también los
           físicos descartan y los geólogos sostienen sin fundamento), ni conocemos otros planetas. Todas las especies vegetales y
           animales que habitan esta "parte de afuera" del planeta tienen un problema en común: Sus células no pueden reproducirse
           indefinida y equilibradamente.

               ¿Pero qué pasaría con un individuo al que los oxidantes (radicales libres, principalmente) no le afectaran? Sencillamente
           se haría inmortal si la oxidación del ADN mitocondrial fuera cercana al nivel cero y no tuviera carencias cuánticas en sus
           átomos.  Su  proceso  natural  se  desarrollaría  NO  hacia  la  INvolución,  sino  hacia  la  Evolución.  En  el  juego  de  Leyes
           Naturales  no  es  posible  el  estancamiento.  Si  no  se  INvoluciona,  se  Evoluciona  (y  viceversa).  Un  organismo  que
           integralmente no INvolucionase, estaría forzado a Evolucionar. El cáncer, por ejemplo, no es otra cosa que una Evolución
           parcializada  de  una  célula,  que  se  multiplica  sin  morir.  Pero  estas  células  que  se  hacen  inmortales  y  se  reproducen
           excesiva y desorganizadamente respecto del resto del organismo, no serían problema bajo otras circunstancias....

               ¿Qué pasaría si TODAS las células de un hombre tuvieran la misma facultad de no morir? Pues no habría cáncer. No
           podrían multiplicarse fuera de los márgenes establecidos por el funcionamiento integral. Ese hombre se haría Inmortal. Su
           capacidad de restauración ante casi toda clase de heridas, sería rapidísima, no habría microbio capaz de dañarle... Pero
           ocurriría que la fuerza EVOLUTIVA del Universo le impelería a otro tipo de desarrollo. Su estructura atómica toda entraría
           en una situación cada vez más armónica, y más tarde o más temprano, tendería a la elevación vibratoria... Y con ello a una
           perfección espiritual, toda vez que no tendría el problema psicológico fundamental, que es el miedo a la muerte, así como
           tendría solucionadas todas sus necesidades materiales, porque cualquier cosa que comiera -si es que no le bastara el aire-
           le alimentaría sin riesgo. Volviendo a las referencias históricas, está el caso de la Ascensión de Jesús, que todo el mundo
           conoce, pocos discuten y menos aún aciertan a explicarlo. Pero que nadie se atreve a negarlo.

               Históricamente  -no  bíblicamente-  fue  hecha  en  Cachemira,  India,  cuando  el  Maestro  (Iesus  el  Esenio,  según  varios
           apócrifos  en  latín,  arameo,  árabe  y  sánscrito),  tenía  73  años,  conservando  excelente  salud  hasta  ese  momento  de
           "transfiguración". Hemos de comentar que está bien documentado su paso por las pirámides de Egipto, donde estuvo al
           menos  en  tres  ocasiones.  Curiosamente  aparecieron  durante  las  Cruzadas  17  Santos  Sudarios,  es  decir,  túnicas  y/o
           mortajas de hombres santos que habían hecho su Ascensión. La iglesia sólo reconoce como auténtica la de Turín, pero las
           otras no son menos auténticas porque la Iglesia no las "reconozca". Tampoco las invalida... y además deja que los fieles
           rindan  pleitesía  a  otros  sudarios  en  diversos  pueblos  de  Italia.  El  caso  es  que  la  Ascensión,  más  que  teoría,  es  una
           realidad bastante difundida (aunque distorsionada), no sólo por el lado religioso. En los anales de la parapsicología existen
           más de 1.500 casos de autocombustión espontánea, entre mediados del s.XIX y fines del s.XX.

               Esto quiere decir que muchísima gente desapareció tras "incendiarse", pero no de modo a lo "Bonzo" rociándose con
           gasolina, sino por alguna razón natural que provocó la rápida incineración del cuerpo sin dejar apenas cenizas. Raramente
           ha ocurrido en personas jóvenes (hay sólo un par de casos). Todos los casos estudiados en Occidente por la Real Society
           of  Parapsychology,  por  el  Panamerican  Parapsychology  Institute  y  -obligatoriamente-  por  organismos  policiales,  tenían
           como denominadores comunes: Personas ancianas, de buena salud, de hábitos muy reservados, muy queridos por todos
           quienes  les  conocían,  intachables  en  toda  regla.  También  llama  la  atención  que  las  civilizaciones  piramidales  han
           desaparecido sin dejar más rastros que las pirámides. Los tanques del Serapheum -que vimos en esta página- estaban al
           vacío absoluto, es decir sin siquiera aire, sin válvulas por donde salir... Y la única explicación que hay para esto, es que lo
           que hubiera -o quien/es hubiera ahí- pasó a otra dimensión... ¿Ascensión?

               Los egipcios, al parecer, usaron también las pirámides, pero no masivamente (al menos durante las dinastías más o
           menos conocidas). Y desgraciadamente, sobre los usos que les daban los egipcios, hay evidentes ocultaciones desde
           hace unas cuantas décadas. Sí que las pirámides tienen mucho que ver con la Trascendencia, empezando por su poder
           de conservar el cuerpo libre de oxidantes y regenerar rápidamente toda clase de tejidos. Pero hemos de recordar que en
           Teotihuacán (recordemos que significa "Donde los hombres se convierten en dioses" ), según apunta Fernando Gonçalvez
           Luma en sus cartas, ocurrió que Fray Bartolomé de las Casas, mientras que era hombre piadoso y humanitario, el muy
           fanático  en  su  santa  fe,  se  empeñó  en  quemar  los  libros  "herejes",  que  estaban  grabados  en  madera,  oro  y  cueros,
           continuando la obra destructiva que inició el obispo Zumarraga, con lo que hemos perdido la mayor parte de la historia
           escrita maya y azteca.

               Sin embargo, según Fernando Luma los aborígenes decían que en algunas épocas la gente entraba en las pirámides y
           no salía nunca más porque iban a Chitzchahuatateotl, o sea "Donde viven los dioses que no pueden morir". A la luz de
           nuestros actuales conocimientos, la única explicación de esto es que se hacían Ascensiones masivas, salvo que hubiese
           allí una entrada al "mundo subterráneo".
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