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Uno de los más interesantes misterios históricos es que en muchos sitios desaparecían los nativos poco antes de llegar
los conquistadores en sus valientes pero brutales exploraciones. Hallaban las casas recientemente abandonadas, sin señal
de violencia ni fenómenos naturales que obligaran a un éxodo. Se calcula que una cien mil personas desaparecieron de
esta forma, sin que se haya podido dar con su rastro ni se hayan encontrado sus cadáveres, de modo que tampoco puede
valer la explicación de epidemias. En Belice, cuenta una leyenda local que cuando llegaron los conquistadores la gente se
metía en las pirámides de Caracol, en especial la llamada "Canaa", que significa Lugar del Cielo y allí desaparecían sin
dejar cadáveres.

Los que tuvieron miedo son los que quedaron a recibir y padecer la conquista. Los conquistadores extrajeron de la
pirámide toda clase de instrumentos, algunos de ellos metálicos, que pasaron rápidamente a la fundición. Siento una pena
terrible al comprender que lo que convirtieron en lingotes con su brutal y ciega codicia debieron ser los componentes de un
aparato legado por vaya a saber qué sabios, que seguramente tuvo sus partes análogas en las pirámides de Gizéh y
Teotihuacán. Me resisto a aceptar la hipótesis de ciencia ficción planteada en "Stargate", pero admito que me parece válida
la teoría de la Ascensión. En el mundo cristiano, a pesar de tener como dogma de fe un hecho histórico que además está
documentado, no hay tanta comprensión de esta posibilidad como en el mundo musulmán, que aún no teniendo una
constante referencial sobre el asunto en su religión, aprueban la posibilidad no sólo por lo científico, sino también por
carecer de contradicción con lo religioso. La pirámide normal, calculada para conservar la salud sin mayores efectos,
produce una elevación de la tasa vibratoria general sólo por tener un campo magnético diferenciado y armónico, pero...
¿Qué pasaría si pudiésemos aumentar la tasa vibratoria de modo ordenado y equilibrado, acelerando el proceso
ascensional?

Habría que tener suficientemente depurado el cuerpo físico, dentro de un funcionamiento estable, pero más aún el
cuerpo emocional, para no sufrir una destrucción en esa parte del cuerpo energético. Como no pretendo seguir en este
libro con complejos asuntos de física, dejo a los Lectores el principio de esta teoría, que tiene suficientes bases
documentales, referenciales e históricas, aparte de las puramente físicas, como para ser considerada y analizada como
teoría viable.

EL PIRAMIDIÓN

NOTA: Cabe aclarar que el piramidión de la Gran Pirámide de Gizhe, no
es el de esta imagen inicial (que fue encontrada en la pirámide "Negra" de
Amenemhat III, en Dashour), sino que tendría al menos unos nueve
metros de altura. Según algunos teóricos, sería de oro, pero no hay nada
de seguro en ello. De todos modos, hay que señalar que el piramidión por
sí sólo no es un objeto de poder, no es un objeto funcional, salvo que lo
usásemos en la modalidad antipirámide. En esa medida de la imagen, del
que se encuentra en el Museo de El Cairo y pesa más de una tonelada,
no sería muy práctico ponerse debajo. El piramidión es el remate de la
construcción, sin el cual merma muchísimo el efecto piramidal. Que
corresponda a la octava parte de la altura, es también algo "traído de los
pelos". No hay ningún sentido práctico en asignale una medida o proporción al piramidión.

Ahora que he esbozado la cuestión del "contacto dimensional" en la pirámide, que no es al estilo "Stargate", sino más
bien como una "Askasisgate", que permite entrar en la grabación magnética de la historia, puedo pasar al Piramidión de
este libro, anunciado en otros capítulos. Pasemos pues, a otros efectos más profundos, o mejor dicho más elevados, que
podrían explicar la desaparición de los pueblos constructores de las Grandes Pirámides.

Como ya he comentado acerca de la Ascensión, sólo cabe explicarla desde el punto de vista físico y biológico. Digamos
que la muerte es una aberración. Sencillamente no debiéramos morir. No fuimos diseñados por la Creación Natural o por
Dios (como se quiera interpretar) bajo la fatal consigna que nos han enseñado siempre, de nacer, desarrollarnos,
multiplicarnos y morir. En realidad lo que sucede es que vivimos en la superficie de un planeta donde la Vida, de acuerdo
al nivel de perfección del diseño, no es sostenible para los individuos (plantas, animales y humanos), aunque sea
colectivamente sustentable. Aún así, con explosiones demográficas, que terminan en hecatombes y extinciones colectivas
atroces.

Entrar en el terreno de la Vida Eterna y hablar de cuál es el lugar habitable para el cual la estructura biológica y física de
nuestros cuerpos está diseñada, es entrar en temas que exceden en demasía el propósito de este libro, así que para ello
recomendamos este otro: “Alcanzando la inmortalidad”, de modo que resumiendo, podemos decir que la pirámide puede
ayudarnos a escapar de este problema que es la vejez y la muerte.