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varilla en forma de “Y”) hacen más claro el acuse de la reacción nerviosa del rabdomante. Estos “sonajeros” tienen partes
           metálicas terminadas en punta, giran y hacen mucho menos ruido que una maraca. Las chapitas interiores son cortantesn

              Me pregunto: ¿Sería capaz algún arqueólogo de darle a su hijo bebé un objeto así?





















           PREG. 05: En Edfu nos dijo que la capilla era un psicotrón pero no dio tiempo a ampliar el teman

           RESP. 05: Efectivamente, y no sólo me quedé sin terminar el tema ante las prisas de los guardias por sacarnos, sino que
           no pude escaquearme al interior y sacar fotos de los costados, que no he podido conseguir en internet ni por otros amigos
           que visitan muchas veces el sitio. En principio, la capilla es una cámara orgónica, es decir que sus componentes (aparte de
           la roca granítica, llevaba madera y una fina lámina de cobre recubriendo el interior) forman una especie de condensador
           orgónico,  como  el  que  diseñó  con  unas  cuantas  variantes  Wilhelm  Reich.  Permanecer  sentado  en  su  interior  cuando
           estaba completo, causaba en el usuario una profunda relajación, sumada al efecto de Antipirámide y pirámide sucesivos y
           alternados (observe la que hay encima).

                                                                  Entonces  se  hallaba  en  condiciones  de  emitir  pensa-
                                                               mientos  capaces  de  hacer  soñar  pesadillas  a  sus
                                                               enemigos,  enfermarlos  o  volverlos  locos.  Así  es  como
                                                               está escrito en los jeroglíficos que se hallan a los costados
                                                               de la misma, con advertencias sobre el peligro de su uso y
                                                               las  precauciones  a  tener  en  cuenta.  Como  esta  parte
                                                               escapa  a  la  comprensión  ideográfica  de  los  egiptólogos
                                                               ortodoxos,  han  hecho  una  balbuceante  traducción,  que
                                                               completaré cuando consiga imágenes completas.

                                                                  La  supuesta  capilla  no  era  tal,  sino  un  auténtico
                                                               psicotrón, de los que se han fabricado algunos moderna-
                                                               mente.  Algunos  aparatos  modernos  son  tonterías  para
                                                               sacar dinero, de gente que tiene demasiado tiempo libre y
                                                               creatividad mezclada con picardía, pero los psicotrones de
                                                               verdad son equipos altamente eficientes, siempre que se
           cuente con personal entrenado para usarlos y eso es más complicado. Básicamente se trata de un equipo de bio-feed-
           back, que permite al emisor controlar en todo momento su propia actividad cerebral. La pirámide se usa como ya expliqué
           en capítulos anteriores.

              Con estos aparatos se consigue afectar la mente de otras personas, una verdadera arma, que también puede curar a
           distancia, aunque lo niegue a rajatablas la ciencia oficial mediante sus sirvientes menores, ignorantes de lo que ocurre en
           esferas de investigación más altas, tanto civiles como militares. Es el único uso bélico que puede darse a una pirámide,
           aunque  en  realidad  es  un  uso  indirecto,  porque  la  verdadera  arma  es  el  cerebro  del  emisor  y  sus  proyectiles  son  las
           imágenes que proyecta hacia sus objetivos. Lógicamente, las advertencias dadas en los jeroglíficos de la “capilla” no son
           mera superchería.

              Muchas más preguntas han se encuentran ampliamente respondidas en el otro libro: “Revolución Terapéutica de las
           Pirámides” escrito en coautoría con el Dr. Ulises Sosa Salinas.
           Setiembre de 2009 Gabriel Silva Tlf. 639 28 47 87 (Actualización Mayo de 2012).
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