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jeroglíficos, es uno de los pocos que con un pie en la ortodoxia y otro en la heterodoxia científica, merece el respeto de
ambas corrientes de opinión, por su honestidad como por su erudición en los temas que trata.
Alberto Müller (fallecido) y su hijo Enrique Müller, quien me legó la parte que guardaba de los descubrimientos de su padre
en Teotihuacán y ha seguido sus experimentos físicos, ampliándolos al Complejo Piramidal de Tenochtitlán.
Mi "Equipo Personal" fue conformado por los físicos Roberto Balmaceda y Herminio Valdés (Venezolanos), y el matemático
Herminio Sánchez Gómez (Colombiano). Si yo fui el promotor de ese equipo que en poco menos de seis años arrancó a
las pirámides sus más recónditos secretos funcionales y prácticos, ellos fueron -nunca mejor dicho- el "cuerpo físico". Pero
también el intelectual. Cabe una mención muy especial a quien me ha ayudado a llevar adelante un proyecto de difusión
masiva de la piramidología y construcción industrial de pirámides:
Gracias a mi esposa Viky Sánchez Hernández, me encuentro haciendo cosas en esta civilización. Sin ella no estaría aquí,
sino escondido en algún laboratorio, viajando por el mundo subterráneo o en el Amazonas.
Mi profundo agradecimiento a estos Amigos que colaboran en todo mi hacer piramidal:
Sergio F. Gaído: Ingeniero informático y piramidólogo.
Markus Jaume Salas, Piramidólogo e investigador polivalente "aficionado" (si puede llamarse así a los que abrazan la
ciencia con un Amor sin límites e inteligencia objetiva), es asesor de empresas; los números le van. Pero no sólo los del
mercado, sino especialmente los Sagrados, los que la Naturaleza nos ha dado y los constructores de pirámides nos han
enseñado a ver.
José Luis García Martínez; Psicólogo, Escritor, artista y filósofo moderno.
Christel Bennink: Artista Plástica y decoradora.
Raúl Mirad Palou: Arquitecto.
Carlos Taube: Arquitecto.
François George Feolá: Polifacético indescriptible y comerciante.
Antonio Sales: Constructor y carpintero.
Martxelo Bengoetxea: Piramidólogo y Terapeuta holístico.
Julio Ceres: Piramidólogo y Terapeuta holístico.
Sé que es injusto no poder nombrar a todos los que han contribuido a mi trabajo y lo siguen haciendo, reportándome sus
vivencias en las pirámides en que duermen. Pero están todos en mi memoria y mi corazón. De la misma manera, espero
estar el corazón de los Lectores, porque la piramidología, como podrá verse en el desarrollo, es ciertamente una ciencia
basada en las exactas, pero en la misma proporción, en las ciencias humanísticas, tanto en su comprensión como en las
aplicaciones.
A LOS ARQUEÓLOGOS E HISTORIADORES OFICIALES
Nunca ha sido mi intención provocar las discusiones que se suscitan por mi exposición; éstas discusiones tienen más años
que yo. Ni es mi intención faltar al respeto que todo investigador merece, pero necesariamente deberé ser drástico en
algunos conceptos; aunque no tanto como los improperios, burlas y ridiculizaciones que recibimos quienes proponemos
teorías mejor fundamentadas sobre la historia y en especial sobre las pirámides, así como sus usos.
La intención de este libro está muy lejos de querer desacreditar a las personas, pero sí pretendo demoler en todo lo posible
la cortedad de ideas de la arqueología oficial, que en vez de avanzar lleva dos siglos sin evolucionar en cuestiones de
fondo y de detalle. Como muchos otros investigadores modernos, quiero ayudar a desmoronar el andamiaje de absurdos
en que la ortodoxia ha ido montando sus teorías, a la vez que estimular a los jóvenes arqueólogos a inaugurar una
revolución científica en vuestro campo, que es de toda la humanidad.
Es imprescindible una renovación del espíritu arqueológico, sin soberbia académica, sin dejar al margen a las demás
ciencias, porque la antropología y la arqueología son las ciencias más inexactas y especulativas que existen hoy, a causa
de la falta de interdisciplinaria.
Sólo pueden lograr su cometido de utilidad a la Humanidad si cogen de cada disciplina (en especial las exactas) todo lo
que ellas pueden dar. Por otra parte, quiero dejar claros algunos conceptos de extremistas heterodoxos, que ven en las
pirámides una panacea absoluta e inmediata, sin conocer siquiera sus normativas de funcionamiento, o creen que sus
aplicaciones les harán poderosos y clarividentes de un día para otro. Las Pirámides son APARATOS y están como tales,
sujetas a una serie de normas de uso, que se explican más adelante. Creo sinceramente que es lo más cercano a la
Panacea, pero es temprano aún para afirmarlo.
Espero que otros científicos, especialmente los ingenieros electrónicos, médicos, geobiólogos y físicos, continúen
investigando a partir de lo que este libro pueda dejarles, así como al público en general quiero despertarle el Amor por esta
ciencia que nos parece nueva, pero no es más que la recuperación de un Legado Tecnológico extraordinario, que no es
Sagrado en el sentido místico, sino Espiritual, y en cuyos beneficio e investigación podemos participar todos. Lo "místico"
requiere de la creencia, de la fe. Lo Sagrado prescinde de toda creencia y se basa en la Ciencia, en el Conocimiento, pero
con una conciencia repleta de Amor, sin el cual se queda en "ciencia" con minúsculas y sus resultados son guerras y
masacres. Así como entre materia y energía hay una relación inextricable, siendo ésta una manifestación de aquella y
viceversa, entre la Ciencia y la Religión deben estrecharse lazos definitivos, hasta fundirse en una Ciencia Sagrada. Eso