Page 151 - El Necronomicon
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Muchas veces han llamado a los Espíritus de la Guerra y de
las Plagas contra nuestra Raza, y han hecho que muchos de los
nuestros y de nuestros animales hayan muerto de forma muy an-
tinatural. Y son insensibles al dolor, al no temer ni a la Espada ni
a la Llama, ¡pues son los causantes de todo Dolor! Son las mis-
mas criaturas de la Oscuridad y el Pesar, ¡pero ellos nunca se
lamentan! ¡Recordad el olor! ¡Se los puede reconocer por su olor!
Y por sus muchas ciencias y artes antinaturales, que hacen que
ocurran cosas prodigiosas, pero que están prohibidas para nues-
tra gente.
¿Y quién es su Amo? No lo sé, pero los he oído llamar a EN-
KI, lo cual es una blasfemia, pues ENKI es de nuestra Raza, tal
como está escrito en el Texto MAGAN. Pero, quizá, llamaban a
Otro, cuyo Nombre yo desconozco. No podía ser ENKI.
Y los he oído llamar todos los Nombres de los Antiguos, con
orgullo, durante Sus Ritos. Y he visto la sangre derramada sobre
la tierra Y la danza frenética y los gritos terribles mientras aulla-
ban a sus Dioses para que aparecieran y los ayudaran en sus
misterios.
Y los he visto convertir los mismos rayos de la Luna en líqui-
do, el cual vertieron sobre sus piedras con un propósito que no
pude adivinar.
Y los he visto convertirse en muchas y extrañas clases de
bestias cuando se reunían en sus lugares establecidos, los Tem-
plos de la Carroña, donde los cuernos crecían en cabezas que
no tenían cuernos, y dientes en bocas que no poseían tales dien-
tes, y las manos se transformaban en las garras de águilas o las
pezuñas de perros que acechan en las regiones desiertas, locos
y aullantes, ¡como esos mismos que ahora están llamando mi
nombre fuera de esta habitación!
¡Me lamento, pero nadie me oye! ¡Estoy abrumado de horror!
¡No puedo ver! ¡Dioses, no rechacéis a vuestro sirviente!
Recordad la Espada del Observador. No la toquéis hasta que
queráis que se marche, pues se marcharía ante el mínimo roce y
os dejaría desprotegidos por el resto del Rito, y aunque el Círculo
es un límite que nadie puede cruzar, no os encontraréis prepara-
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