Page 10 - Maquiavelo, Nicolas. - El Principe [1513]
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X  ANA  MAR11NEZ ARANCON

      y poderoso, como Francia o España, la tiene sobre todo la
      Iglesia, «pues, residiendo aquí y teniendo dominio tempo-
      ral, no ha sido tan fuerte ni de tanta virtud como para ha-
      cerse con el dominio unificado de Italia y convertirse en su
      príncipe, pero tampoco ha sido tan débil que no haya podi-
      do, por miedo a perder su poder temporal, llamar a un po-
      deroso que la defienda contra cualquiera que en Italia se vuel-
      va demasiado potente>  1•
        Entre tanto, en Florencia se estaba llevando a cabo una
      reforma constitucional que, inspirándose en el modelo ve-
      neciano, trataba de fortalecer las instituciones republicanas
      y acabar con el doble peligro que suponían las luchas entre
      facciones, y las tentaciones monárquicas de las grandes fa-
      milias en general y de los Medid en particular. Maquiavelo
      apoya fervientemente la idea, pero abriga ciertas dudas so-
      bre su éxito, sobre todo porque,  entre el puñado de exce-
      lentes y bien intencionados varones encargados de llevar las
      riendas del estado, no encuentra a ninguno con la suficiente
      energía para conducir a buen término una tarea tan compli-
      cada como es la reforma de un Estado.
        Trata de insinuar respetuosamente  al gonfalonero vitali-
      cio, Pietro Soderini, que sería necesario llevar a cabo una po-
      lítica más decidida y menos blanda, pero sus avisos se igno-
      ran o no se saben poner en práctica. En el otoño de 1512,
      tras el saqueo de Prato por las tropas españolas, la indeci-
      sión gubernativa da sus frutos de desastre. Los Medid en-
      tran triunfalmente en Florencia, disuelven el régimen repu-
      blicano y desmantelan su. proyecto de reforma del Estado.
      El gonfalonero marcha al destierro, y otros funcionarios y sim-
     patizantes  de la república corren la misma suene.
        También Maquiavelo, amigo y colaborador de confianza
     del supremo magistrado, pierde su cargo y es confinado. Unos
     meses después, en febrero de 1513, lo encarcelan y tortu-
     ran, acusado de formar parte de una fracasada conjura anti-
     medicea. Tras pagar una multa, queda en libertad por falta


        1  N. Maquiavelo, Discursos sobre la pn'mera Década de Tito Livio, li-
      bro I, cap. 12.
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